Durante meses el Ejército ruso combatió a la milicia terrorista Estado Islámico. Ahora los militares se han retirado. Si bien los yihadistas sufrieron fuertes pérdidas, aún están lejos de ser derrotados.
Tan solo en el mes de febrero, los ataques suicidas perpetrados por miembros de Estado Islámico (EI) en Irak cobraron la vida de cerca de 670 personas. Para defenderse mejor de la milicia yihadista, las autoridades de Bagdad han empezado a construir un muro alrededor de la ciudad; un proyecto controvertido, puesto que los terroristas pueden conseguir todos los componentes necesarios para fabricar artefactos explosivos en los mercados al interior de la ciudad.
En declaraciones a la revista digital Al-Monitor, Saad Matlabi, jefe del comité de seguridad del consejo provincial de Bagdad, explicó que en la capital iraquí y sus alrededores viven muchos sunitas que simpatizan con el EI. Los sunitas se sienten amenazados por los musulmanes de confesión chiita, que dominan el país desde el derrocamiento de Saddam Hussein.
“EI ha cambiado su estrategia”
Pese a que los islamistas han sabido instrumentalizar esos miedos, Stefan Rosiny, experto en Cercano Oriente del Instituto GIGA en Hamburgo, señala que sobre todo en los últimos meses el EI ha perdido cada vez más ciudades, territorios, fuentes de financiación e importantes rutas de abastecimiento en Siria.
“Como consecuencia, se ha visto obligado a cambiar su estrategia. Se ha unido a otras milicias yihadistas, junto con las que también perpetra atentados en otros países”. Así, intenta transmitir a sus combatientes la impresión de que sigue siendo exitoso y que no ha dejado de expandirse. “Pero finalmente el EI está retrocediendo y perdiendo territorio”, dice Rosiny en entrevista con Deutsche Welle.
Rivalidades confesionales
El grupo terrorista trata de recompensar las pérdidas operando en otros países, sobre todo en Libia, donde se aprovecha del actual vacío de poder. Al parecer, últimamente Estado Islámico exhorta a los jóvenes que buscan unirse a sus filas a ir a Libia en lugar de enviarlos a Siria o Irak. Según el periódico francés Le Monde, unidades especiales estadounidenses, francesas y británicas combaten a los terroristas en Libia. Estas operaciones son secretas y tienen como propósito evitar una intervención militar y, por consiguiente, una guerra abierta en ese país.
Pese a las recientes pérdidas del EI, este grupo aún cuenta con el apoyo y la simpatía de muchos voluntarios. De acuerdo con Jane Kinnimont, del think tank londinense Chatham House, esto se debe a la desastrosa situación económica que viven muchos países de la región, ya que esta fomenta las rivalidades confesionales.
También Stefan Rosiny teme que por medio de atentados el EI podría tratar de atizar el odio hacia los musulmanes en Europa y así animarlos a unírsele. Al respecto, el entrevistado cuenta que los yihadistas “habían insultado a los refugiados que huyeron de su régimen a Europa tratándolos de apóstatas e infieles. No obstante, ahora trata de atraerlos nuevamente”.
http://www.dw.com/es/estado-isl%C3%A1mico-golpeado-pero-no-derrotado/a-19132211
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