Está cada vez más claro que la aventura militar de Arabia Saudí se está saldando con un total fracaso, lo cual puede allanar la vía a los esfuerzos regionales dirigidos a la búsqueda de una solución diplomática en la región.
Habiendo terminado los objetivos para sus ataques aéreos, Arabia Saudí se ha dedicado a atacar a civiles. Sin embargo, pese a lo brutal de estas medidas, esto no tiene un reflejo en el campo de batalla, donde los huthis y el Ejército yemení han estado avanzando hacia el Este y el Sur tomando provincias enteras.
Al mismo tiempo, la incapacidad del régimen saudí para implicar a Pakistán, Turquía y Egipto en una invasión terrestre ha venido a rubricar este fracaso militar. Estos países consideran, por distintas razones, que Yemen es una ciénaga donde un ejército podría hacer frente a un conflicto de guerra de guerrillas y guerra asimétrica durante muchos años sin conseguir ningún resultado.
El foco de los esfuerzos internacionales ahora es el de intensificar los contactos diplomáticos con vistas a una solución política. En la actualidad, se están realizando esfuerzos entre Irán, Turquía y Pakistán para discutir una fórmula de solución, que estaría respaldada por las principales capitales del mundo. Los aliados occidentales temen ahora que el rostro del fracaso golpee claramente a la monarquía de los Al Saúd e intentan sacar a este país de la crisis en que se ha implicado.
Irán ha anunciado encuentros entre diferentes partes de la crisis yemení. Según dichas fuentes, la iniciativa está basada en un diálogo entre yemeníes que tendría lugar en un estado neutral y esto llevaría a una solución política para detener la guerra y crear un Consejo Nacional de todas las tribus de Yemen (al estilo de la Loya Jirga de Afganistán) e incluiría representantes de todas las fuerzas políticas y partidos.
Seria creado también un Consejo Presidencial en el que el presidente saliente, Abed Rabbo Mansur Hadi, sería uno más de sus miembros y un gobierno transitorio para dirigir el país. Otro consejo sería establecido para reformar la Constitución y preparar elecciones parlamentarias y presidenciales.
En este contexto, un diplomático de Argelia -un estado árabe que se ha negado a apoyar la guerra saudí contra Yemen- señaló que su país está trabajando en esta nueva iniciativa y señaló que “lo más importante es un diálogo directo entre todos los partidos, incluyendo el movimiento Ansarulá y el presidente (saliente) Hadi. El país norteafricano se ha ofrecido también a albergar el diálogo entre las partes yemeníes”.
Por su parte, el gobierno egipcio ha señalado que apoya la continuación de la comunicación con Irán y con Hezbolá del Líbano con el fin de promover esta iniciativa.
Arabia Saudí pagará, sin embargo, un alto precio por su agresión a Yemen dado que el pueblo yemení odia ahora en casi su totalidad al reino wahabí y esto llevará a una pérdida de influencia del régimen de la familia Al Saúd en su vecino.
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