En los oscuros días de la Guerra Fría, Bulgaria comunista fortificó su frontera con Turquía, que era un miembro de la alianza rival de la OTAN, mediante la incorporación de decenas de tanques soviéticos y nazis en una red de búnkeres de hormigón. Los bunkers han sido abandonados hace años. En 2004, Bulgaria se unió a la OTAN. Los viejos panzers alemanes quedaron oxidación y casi olvidados.
Muchos de ellos cayeron presa de los cazadores de chatarra que, en muchos casos, han dejado poco pero el chasis de un tanque intacto.
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