Washington, Estados Unidos | La NASA lanzó la noche del jueves cuatro satélites para estudiar el campo magnético de la Tierra y su interacción con los vientos solares, que en algunos casos puede afectar las telecomunicaciones, el GPS y las redes eléctricas.
La nave Atlas de la compañía estadounidense United Launch Alliance, que transporta los aparatos, despegó de Cabo Cañaveral, en Florida (sureste de Estados Unidos), a las 22H44 locales (02H44 GMT del viernes), tal como estaba previsto, desde una ventana de lanzamiento de 30 minutos.
Los cuatro satélites fueron desplegados con éxito una hora y 45 minutos después del lanzamiento, señaló la NASA dos horas después en un comunicado.
“La separación de la nave espacial es total”.
Los satélites circulan en una órbita de un perigeo de 7.500 kilómetros y un apogeo de 75.000 kilómetros en la primera fase de la misión.
Se trata de cuatro naves espaciales idénticas, de 1,2 toneladas cada una, que forman parte de la misión “Magnetospheric Multiscale” o MMS.
Volarán en formación de pirámide, lo que permitirá obtener imágenes en tres dimensiones y recoger gran cantidad de información de la zona de colisión entre el campo magnético terrestre y las partículas solares que llegan a gran velocidad y forman su propio campo magnético, a unos 60.000 km de la Tierra.
El campo magnético de nuestro planeta normalmente protege de estas partículas, pero cuando hay erupciones solares de alta potencia se produce un fenómeno llamado reconexión magnética en la magnetosfera terrestre responsable de las auroras boreales pero también de las tormentas magnéticas que pueden perturbar los satélites de comunicaciones y la red eléctrica.
“La reconexión magnética es uno de los factores más importantes en los fenómenos meteorológicos espaciales”, explica Jeff Newmark, director de la división de heliofísica de la NASA.
“Las erupciones solares, las eyecciones de masa coronal, las tormentas geomagnéticas… todos estos fenómenos incluyen la liberación por reconexión magnética de energía almacenada en los campos magnéticos”, detalla.
La misión tiene un costo de 1.100 millones de dólares y durará dos años.
En una primera fase, las sondas MMS escudriñarán la región donde el viento solar choca con el campo magnético de la Tierra.
A diferencia de misiones anteriores para estudiar las reconexiones magnéticas, los satélites MMS tendrán una resolución suficientemente alta para capturar el fenómeno en tiempo real, cuando se produzca.
Los cuatro satélites comenzarán la misión científica en septiembre, cuando estén calibrados los instrumentos.
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