miércoles, 17 de febrero de 2016

EEUU montará en su destructor más moderno el mortífero cañón electromagnético


Recreación de uno de los nuevos destructores. En el centro, con forma de pirámide, el nuevo cañón.


La artillería dió sus primeros pasos con la bala de cañón: la suma de pólvora, un lanzador de sección circular y un proyectil -normalmente de metal pesado- daba como resultado una arma capaz de destruir las fortificaciones enemigas gracias a la energía cinética de la bala. El siguiente paso consistió en hacer que el proyectil fuese más aerodinámico y explosivo, para que volase más lejos, de forma más precisa, y causase aún más daños al llegar a su objetivo: lo llamaron obús.

Y así hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando se inventaron los cohetes y los misiles, una especie de balas autropropulsadas que en las últimas décadas se habían hecho los reyes de la artillería moderna. Ahora, con la llegada del railgun, o más sencillamente "cañón electromagnético", los arsenales de los ejécitos podrán prescindir de la pólvora y los explosivos.

En pruebas desde hace más de una década, este sistema catapulta a los proyectiles a siete veces la velocidad del sonido. Y la energía con la que impactan sobre el objetivo es tan grande que apenas hace falta ponerles carga explosiva.

El resultado es un cañón propulsado por electricidad, con las ventajas de los cohetes y de las balas de cañón, y sin ninguno de sus inconvenientes. EEUU ha confirmado ya que el primero de estos cañones estará operativo en el destructor USS Lyndon. B. Johnson, un candidato ideal de última generación gracias a que sus motores no tendrán problemas para generar los 78 megavatios de potencia que se necesitan para disparar.

Si los enemigos de la potencia militar tuviesen dudas de la efectividad de esta arma en combate, seguramente les bastaría con ver este vídeo para tener claro a qué se enfrentan.
 
 
 http://www.eleconomista.es/tecnologia/noticias

No hay comentarios:

Publicar un comentario