Siguiendo la hoja de ruta del proyecto OASuW (Offensive Anti Surface Weapon) la US Navy ha puesto ya en producción un misil antibuque de última generación, creado en base a una modificación del AGM-158B, misil de crucero sigiloso y altamente preciso desarrollado por Lockheed Martin, que vuela hacia su objetivo casi rozando la superficie, pudiendo alcanzar objetivos ubicados a una distancia de hasta 997 kilómetros.
Lockheed Martin ha seguido adelante con el desarrollo, y el resultado ha sido el misil AGM-158C, reconocido por la US Navy como un misil antibuque de largo alcance, técnicamente un LRASM (Long Range Anti-Ship Missile). Este nuevo desarrollo de Lockheed incorpora un sistema de navegación basado en GPS inercial, está propulsado por un motor F107 de alta eficiencia, y va armado con una ojiva de 453 Kg., del tipo penetración / fragmentación.
Dado que se trata de un misil pensado para destruir buques a larga distancia y éstos son objetivos móviles, Lockheed lo ha dotado de un sistema de guía basado en Inteligencia Artificial, que permiten al misil buscar, identificar y clasificar de forma autónoma cada blanco potencial, pudiendo distinguir entre buques amigos, buques enemigos civiles, buques de guerra enemigos de baja prioridad, y buques de guerra enemigos de alta prioridad. Esto no quiere decir que sea un misil concebido para llevar a cabo misiones de forma autónoma prescindiendo de las decisiones humanas, sino todo lo contrario: El misil se lanza siempre contra un objetivo designado por humanos, comunicándose en todo momento con humanos gracias a un enlace de datos bidireccional. Ahora bien, en caso de que se interrumpa el enlace de datos, el misil pone en marcha el sistema autónomo que le permitirá seguir viajando hacia su objetivo, maniobrar alrededor de naves neutrales u hostiles que se interpongan en su camino.
En cuanto a la orientación del misil hacia su objetivo, no se basa en un sistema de radar, sino todo lo contrario: en lugar de exponerse utilizando su propio radar para buscar un objetivo, el misil se guía por un buscador RFS (Radio Frequency Signals) que capta las señales emitidas por el radar del buque enemigo, orientando el misil hacia él. Pero ya en la etapa terminal, el misil desciende hasta rozar la superficie marina, y entrega el control de orientación a un sensor infrarrojo que ofrece suficiente fidelidad para apuntar a ubicaciones específicas del buque a fin de poder causar el máximo daño. Por lo demás, tan sólo queda añadir que, para asegurar el hundimiento de todo tipo de buques con independencia de su tamaño, el sistema de Inteligencia Artificial de este nuevo misil posibilita lanzar varios misiles a un mismo blanco, y que éstos se comuniquen entre ellos para llevar a cabo un ataque de enjambre simultáneo que provoque múltiples daños, abocando al buque a una situación irremediable.
Publicado por David del Fresno en 14:34
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