domingo, 30 de julio de 2017

Los nuevos motores de PAK-FA lo hacen "fácilmente el mejor 5to combatiente de la GEN en el mundo"








El observador militar independiente Vladimir Tuchkov explica qué con los nuevos y verdaderos motores de la quinta generación del T-50 PAK-FA le convertirán en el mejor avión de combate de quinta generación del mundo.
La semana pasada, hablando con periodistas en el marco del show aéreo MAKS-2017, el Comandante de las Fuerzas de Defensa Aeroespacial Rusa Viktor Bondarev dijo a periodistas que la primera etapa de las pruebas estatales en el T-50 (PAK-FA) de superioridad aérea han sido completados, y que las primeras pruebas de vuelo estarían terminadas antes de fin de año. 
Los ensayos continuarán en 2018, y la producción en masa del T-50 para su introducción en la fuerza aérea comenzará en 2019. 

Uno de los principales obstáculos que se reportó ampliamente que el T-50  fue la ausencia de un auténtico motor de quinta generación para la aeronave, con prototipos de la aeronave utilizando un derivado del motor AL-41F1, similar al usado en el Sukhoi Su-35S 4 ++ generación multi-combate.
Pero ahora, los diseñadores rusos están a punto de llegar a un avance en un motor totalmente nuevo, realmente de quinta generación, conocido como Izdeliye 30 (Producto 30), un diseño que los expertos dicen que no tiene equivalentes en el mundo de la construcción de motores. 
Resultado de imagen de Izdeliye 30 (Producto 30
Aviación Argentina
Desarrollado desde cero durante casi una década en la planta de fabricación de herramientas de Saturn en Rybinsk, en el centro de Rusia, Izdeliye 30 presenta características de empuje mejoradas (19.000 kgf vs. 15.000 kgf en el AL-41F1), mejor eficiencia de combustible, menos piezas móviles , Y posteriormente mejoró la confiabilidad y redujo los costos de mantenimiento.


Las pruebas de tierra para el motor ya se han completado. Ahora, después de su instalación a bordo del T-50, puede comenzar la segunda etapa de pruebas, tanto para el motor como para el avión. Se espera que este proceso comience en el otoño .

El periodista militar y colaborador de Svobodnaya Pressa, Vladimir Tuchkov, comentó sobre el significado de este desarrollo que el tan esperado emparejamiento del T-50 con un motor de quinta generación será un hito, uno que da a Rusia no sólo un verdadero avión de combate de próxima generación , sin duda el mejor avión de su clase en el mundo.


Para empezar, el analista señaló que "en términos de maniobrabilidad, el T-50 es inigualable, predestinado por el diseño de su fuselaje", así como los chorros tridimensionales del avión de empuje del vector, un diseño que el EE.UU. no tiene. 

El Raptor F-22, por ejemplo, utiliza chorros bidimensionales de empuje de vectores, que afectan sólo a su paso, para su maniobrabilidad. El F-35 Lightning II carece totalmente de la capacidad, excepto por sus funciones verticales de despegue y aterrizaje. No hay información disponible sobre el J-20 de China.


© Sputnik / Vladimir Astapkovich
T-50 jet realiza un vuelo de demostración en el MAKS 2015 International Aviation y Space Salon en Zhukovsky fuera de Moscú

En el departamento de sigilo, el valor de la sección transversal del radar (rcs) del T-50 es 0.1-0.5m, significativamente más alto que el F-22 y el F-35 (cuyos valores son 0.0001 y 0.0015). 

Sin embargo, Tuchkov enfatizó que los indicadores de RCS son "un tema abierto a conjeturas, basado en la desinformación proporcionada por los desarrolladores con fines publicitarios ... o con el propósito de desorientar al enemigo (de modo que no puede predecir de antemano las tácticas de las batallas aéreas y Intercepción por las fuerzas de defensa aérea) ".


© Flickr / Fuerza Aérea de los Estados Unidos. F-35

Los observadores militares han dicho y escrito que entre las principales potencias militares (ya veces incluso entre las más pequeñas) los "antídotos" de la tecnología furtiva tienden a ser concebidos, diseñados y desplegados mucho antes de que los combatientes furtivos salgan del suelo. Además, los motores a bordo de cada avión furtivo emiten firmas térmicas que los sistemas de sensores infrarrojos (incluidos los utilizados por Rusia) podrían fácilmente captar y rastrear. Por último, Rusia también cuenta con sistemas de radar de onda superficial en el horizonte capaces de detectar aviones furtivos "tan claramente como los aviones de la Segunda Guerra Mundial".

En otras palabras, mientras que la idea de un plano mágico invisible a las defensas aéreas enemigas puede ser relevante cuando se lucha contra los países pequeños con radar de la época de la Guerra Fría y la tecnología de defensa aérea, en combate con potencias mayores, otros factores, Así como su gama de misiles, son mucho más significativos.

En la primera área, Tuchkov señaló que el inicio tardío de T-50 detrás del F-22 y el F-35 funcionó perfectamente para los desarrolladores de los sistemas de radar a bordo del avión, dándoles acceso a componentes y tecnologías electrónicas fundamentalmente nuevas que no estaban disponibles Diez o incluso cinco años antes. "Además, los diseñadores rusos pudieron tener en cuenta, en la medida de lo posible, la experiencia del radar del F-22", escribió el periodista.


"En primer lugar, hay que decir que el ángulo de la red en fase activa del T-50 está instalado en una pendiente. Debido a esto, los rcs de la aeronave se reduce. Con este diseño, que también hace posible una reducción en el uso de energía durante el funcionamiento, fue posible gracias a las excelentes características del radar N036 Belka, desarrollado para reemplazar el sistema de antenas de fase pasiva N035 Irbis ".


© Fotografía: Allocer
N036 Belka avanzado sistema de radares digitales escaneados electrónicamente

El N036 es más eficaz que el N035, observó Tuchkov, pero incluso el sistema anterior "sigue siendo muy convincente en comparación con el radar AN / APG-77 de Estados Unidos. El sistema ruso encuentra objetivos con un rcs de 1 metro cuadrado a distancias de hasta 300 km. El radar estadounidense, mientras tanto, hace lo mismo hasta 225 km. Para los objetivos con un rcs de 0,01 metros cuadrados, el alcance del radar ruso es de 90 km. Para el sistema estadounidense, estas cifras no están disponibles. " 

En total, el T-50 tiene seis radares a bordo, incluyendo uno en la nariz del avión, dos en los costados, dos en las alas y uno en la parte trasera. Son capaces de supervisar hasta 60 blancos a la vez, y de apuntar hasta 15.


"Además de la visibilidad basada en radar, el T-50 cuenta con el sistema de sensores óptico-electrónico OLS-50M, que incluye un escáner térmico que utiliza una matriz QWIP con características únicas de resolución y alcance. En esta área ... Rusia es considerada como el líder mundial absoluto ", subrayó el observador militar. Un sistema similar, que permite al piloto detectar objetivos que tienen sus sistemas de radar apagados, se instala en el F-35, aunque el diseño de EE.UU. tiene un rango más pequeño. El F-22 no tiene esta tecnología.
Resultado de imagen de OLS-50M,






Si hay una ventaja de la aviónica del F-35, "es el casco del piloto, que hace que el avión sea transparente", escribió Tuchkov. Es decir, la visibilidad no está limitada por las ventanas de la cabina. Todo el panorama de la zona circundante se muestra en las viseras del piloto, tanto en el espectro visible como en el infrarrojo. Supervisando la cabeza del piloto y los movimientos de los ojos, el ordenador proporciona el punto de vista panorámico necesario y proporciona a los pilotos consejos, y gestiona la orientación. "Finalmente, y quizá lo más importante, cuando se trata de armamentos, aquí el T-50 destaca, según el observador.


Entre todos los aviones de combate de quinta generación existentes y futuros, "el T-50 tiene el más extenso arsenal de misiles y bombas. Un total de 14 misiles de alta precisión y bombas inteligentes se han desarrollado específicamente para el avión. La mitad ya se ha puesto en servicio; La otra mitad está siendo sometida a pruebas. El KS-172, el misil aire-aire de más largo alcance, tiene un alcance máximo de hasta 400 km. Esto es el doble del misil estadounidense AIM-120D, que tiene un alcance máximo de 180 km ".


El misil aire-aire KS-172

En cuanto a los misiles aire-tierra, aquí también el T-50 tiene sistemas que están "a la vanguardia de las soluciones de ingeniería", observó Tuchkov. "Usándolos, el piloto tiene la oportunidad de conducir una" caza libre ", con los misiles ellos mismos que eligen blancos independientemente. Mientras tanto, los aviones estadounidenses utilizan misiles desarrollados a principios de los años 2000 y se modernizaron en el 2010 en el mejor de los casos ".

http://errymath.blogspot.com/2017/07/pak-fas-new-engines-make-it-easily-best.html#.WX3zEIjyjcc

DPRK "Hwasong-14" Video Launch Inter-Continental Ballistic Missile

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LA "CRUZ DE KOROLIOV"


Vía: ESA.-





Ayer se produjo el exitoso lanzamiento de la Soyuz MS05 desde el cosmódromo de Baikonur hacia la Estación Espacial Internacional. El acoplamiento con la misma se realizó sin novedad, como es tradición en cada lanzamiento del cohete y nave Soyuz. Esta misión colocó en órbita al ruso Serguéi Ryazansky (comandante de la nave), al norteamericano Randolph Bresnik (ingeniero de vuelo 1, por la NASA) y al italiano Paolo Nespoli (ingeniero de vuelo 2, por la ESA). Fue el lanzamiento número 134 de una nave Soyuz tripulada, como desde hace 49 años se realizan en forma continua.


La enorme fiabilidad de los cohetes y naves Soyuz nos hace vivir estos eventos con una tranquila rutina. El complejo cohete/nave Soyuz fue creado y perfeccionado por la Unión Soviética y heredado por la Federación Rusa, donde se han continuado con las sucesivas mejoras de sus sistemas. Junto con la tecnología se heredaron toda una serie de tradiciones, cábalas y términos que se han acumulado a lo largo de los años y hacen a la leyenda de estas venerables naves espaciales. Una de las más significativas es la que se aprecia en cada lanzamiento de los cohetes del tipo Semyorka, como los Soyuz FG utilizados ayer. El siguiente video, corresponde al lanzamiento del satélite Sentinel 1A desde la Guayana Francesa de la Agencia Espacial Europea, mediante un Soyuz ST-A. 






La separación de la primera etapa se puede apreciar con todo detalle a partir del minuto 2:10. Mediante la cámara a bordo del Soyuz 1A permitió ver como nunca antes este homenaje a Koroliov.
Si bien los lanzadores difieren en sus etapas superiores, la característica estructura de los cuatro lanzadores de la primera etapa es común a toda la familia de lanzadores Semyorka, desde que la Unión Soviética inaugurara la Era Espacial, lanzando el Sputnik 1 el 4 de octubre de 1957. La separación de los cuatro bloques impulsores, que equivalen a la primera etapa del cohete, se realiza a unos 41km de altura, cuando transcurren 1:50m desde el lanzamiento y mientras el cohete se desplaza a unos 5616 km/m (1,5 km/s).




La "Cruz de Koroliov" corresponde a la separación simultánea de los cuatro impulsores de la primera etapa (en gris). La infografía del Soyuz FG es obra de Paco Arnau. Vía: Ciudad Futura.-



Las condiciones meteorológicas del lanzamiento de ayer hicieron especialmente visible la separación de los cuatro impulsores de la primera etapa, haciendo que la famosa cruz se pudiera apreciar en todo su detalle. Fue posible apreciar la separación de la cofia del Soyuz, aspecto que se pudo apreciar claramente durante la transmisión en vivo del lanzamiento.


El programa espacial ruso recoge las tradiciones y argot del programa espacial soviético y claramente resignifica las mismas con obvias connotaciones religiosas. La famosa cruz que se aprecia en cada lanzamiento de un Semyorka homenajea la figura de Serguéi Koroliov, quien fue el responsable del diseño de los lanzadores que inauguraron la Era Espacial y pusieron en órbita a los primeros seres humanos, entre otras pioneras hazañas. La dimensión histórica y legendaria del Ingeniero Jefe, como se lo conocía en la URSS, justifica este homenaje, que se repite con cada lanzamiento del Semyorka diseñado por Koroliov.

http://zemiorka.blogspot.com.es/2017/07/la-cruz-de-koroliov.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+blogspot/GtQg+(zemiorka)

DESFILE EN HONOR A LA MARINA RUSA

Ejército yemení derriba por primera vez un caza sobre suelo saudí



Los aviones de combate avanzados F-15SA de la Fuerza Aérea de Arabia Saudí, durante una ceremonia militar, 25 de enero de 2017.
Publicada: domingo, 30 de julio de 2017 1:53
Actualizada: domingo, 30 de julio de 2017 2:34


El Ejército yemení derribó un avión militar en Najran, suroeste d Arabia Saudí, informa el portavoz de esta institución castrense.

En una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik, el coronel Aziz Rashid ha dicho este sábado que las fuerzas yemeníes lograron el 25 de julio impactar sobre un avión de reconocimiento perteneciente a las fuerzas de Arabia Saudí y sus aliados y derribarlo.

Según Rashid, el Ejército yemení ha logrado "restaurar su estación de alerta radar" y ahora puede detectar eficazmente las aeronaves de los saudíes y sus aliados.

“Esto hizo posible detectar con eficacia las naves de la coalición incluso a bajas altitudes, lo que limita en gran medida las capacidades del enemigo. Esto es un gran salto para el Ejército yemení”, ha asegurado el coronel Rashid.


Esto hizo posible detectar con eficacia los chorros de la coalición incluso a bajas altitudes, lo que limita en gran medida las capacidades del enemigo. Esto es un gran salto para el Ejército Yemení”, dice el portavoz adjunto del Ejército yemení, el coronel Aziz Rashid.



El vocero yemení recuerda también que esta no es la primera operación militar de este tipo. Anteriormente, el Ejército yemení ha derribado 15 helicópteros extranjeros que sobrevolaban el territorio de Yemen, sin embargo, esta vez el avión fue derribado sobre el territorio de Arabia Saudí, recalcó Rashid.

El Ejército de Yemen, agrega el militar, consiguió recoger los restos del avión derribado y, de esta manera, ha accedido a mucha información, que incluye imágenes que identifican la ubicación de las fuerzas militares en el territorio de Yemen y un mapa de los ataques planeados contra las posiciones locales.

Desde el inicio de la agresión de Riad a Yemen, en marzo de 2015, las fuerzas yemeníes han dirigido sus ataques de represalia contra suelo saudí, donde han destruido equipamientos militares, como helicópteros y aviones no tripulados (drones).

snz/ncl/tqi/rba


http://www.hispantv.com/noticias/yemen/348907/ejercito-derriba-avion-coalicion-arabia-saudi

EEUU prueba controvertido sistema THAAD en respuesta a Pyongyang



La prueba del THAAD (sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud) en Alaska, 11 de julio de 2017.
Publicada: domingo, 30 de julio de 2017 13:05


En medio de la escalada de tensiones con Corea del Norte, EE.UU. ha realizado una nueva prueba con éxito de su sistema antimisiles THAAD.

Así lo ha anunciado este domingo la Agencia de Defensa Antimisiles de Estados Unidos (MDA, por sus siglas en inglés) a través de un comunicado en el que informa de la prueba, por parte de la Armada estadounidense, del THAAD (sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud) instalado en el estado de Alaska y que podría estar al alcance de los misiles norcoreanos.

“El THAAD ha interceptado un misil balístico de medio alcance lanzado por un C-17 de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos sobre el océano Pacífico. El sistema, instalado en el complejo militar Pacific Spaceport, en Kodiak (Alaska, EE.UU.), detectó, persiguió e interceptó el objetivo”, se lee en la nota recogida por la cadena NBC News.

El misil fue disparado por un avión de la Fuerza Aérea estadounidense e interceptado por el sistema, reza el texto, que califica la prueba de hoy de “exitosa”.

Conforme al director de la MDA, el teniente general Sam Greaves, la prueba ayudará a EE.UU. a “mantenerse a la vanguardia de la amenaza que está evolucionando”, refiriéndose indirectamente a las pruebas misilísticas norcoreanas.


El THAAD ha interceptado un misil balístico de medio alcance lanzado por un C-17 de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos sobre el océano Pacífico”, se lee en la nota recogida por la cadena NBC news.







THAAD intercepts target in @MDAbmds test, now 15 for 15. https://missilethreat.csis.org/system/thaad/ 






Se trata de la segunda prueba exitosa de este sistema en un mes y, además, tiene lugar después de que el sábado dos bombarderos estadounidenses B-1B sobrevolaran la península coreana en respuesta a las recientes pruebas de misiles de Pyongyang.


El viernes, Corea del Norte disparó un segundo misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), llamado Hwasong-14. El primero fue probado el pasado 4 de julio.


Mientras el Gobierno de Washington acusa a Corea del Norte de crear problemas con tales pruebas, Pyongyang devuelve el golpe diciendo que la hostilidad de EE.UU. en su contra —en particular, las maniobras militares conjuntas que realiza con Seúl y el despliegue del sistema THAAD en Corea del Sur— ha convertido a la región en un foco de tensión. 


ftn/anz/alg/rba


http://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/348955/prueba-thaad-misiles-tensiones-corea-norte

Las guerras secretas de Gran Bretaña Ian Cobain

Ian Cobain




En los meses posteriores a la rendición de Japón el 14 de agosto de 1945, el pueblo británico estaba dispuesto a creer que la guerra era ya algo del pasado. Los periódicos estaban llenos de historias sobre el posible autogobierno de India y los estibadores se habían declarado en huelga en Londres, Liverpool y Hull. Es difícil saber cuántos lectores del Manchester Guardian vieron el 6 de diciembre de 1945, mucho menos leer, una breve noticia en la parte inferior de la página 6, entre la carta de un lector sobre los juicios de Nuremberg y un editorial sobre la fundación de Naciones Unidas. 

Bajo el titular Británicos en Indochina, aparecía la copia de una carta que había sido enviada al ministro de Exteriores, Ernest Bevin: "Aparentemente, estamos colaborando con fuerzas japonesas y francesas contra las fuerzas nacionalistas del V iêt Minh. ¿Para qué sirve esa colaboración? ¿Por qué no hemos desarmado a los japoneses? Nos gustaría saber cuál es la posición del Gobierno en relación a la presencia de tropas británicas en Indochina". La carta estaba firmada por "Británicos de otros rangos" de la sección de señales de la brigada de infantería que tenía su cuartel general en Saigón.
Resultado de imagen de Británicos en Indochina,
Era muy inusual –a pesar del espíritu igualitario de posguerra de esos días– ver a un grupo de soldados británicos de bajo rango exigir en público que el ministro de Exteriores explicara la política del Gobierno. Pero lo que era realmente extraordinario era la revelación de que tropas británicas estaban luchando en la antigua colonia francesa contra la población local, y que lo estaban haciendo junto a sus antiguos enemigos: el Ejército japonés y la Francia de Vichy.

Pocas personas eran conscientes de que el Gobierno británico estaba tan interesado en que los franceses recuperaran el control de su antigua posesión colonial que había enviado por vía aérea a toda la 20ª División de Infantería del Ejército Indio Británico en agosto para reprimir el intento de los vietnamitas de formar su propio Gobierno. Había casi 26.000 hombres con 2.500 vehículos, incluidos blindados. También se trasladó a tres regimientos de artillería, la RAF había enviado 14 Spitfires y 34 cazabombarderos Mosquito, y también estaba un contingente de 140 marinos de la Royal Navy. 

Al llegar, los británicos habían entregado a las tropas de Vichy nuevos fusiles 303. Poco después, las tropas japonesas que se habían rendido fueron rearmadas y obligadas a luchar contra los vietnamitas, algunas bajo mando de oficiales británicos.

Gran Bretaña ha estado en guerra durante más de cien años. Algunos conflictos son muy conocidos, pero otros, como la represión de los rebeldes de Omán, fueron escondidos a la opinión pública durante años.


Los británicos recibieron órdenes de que fueran implacables con los civiles, que por tanto murieron o resultaron heridos en grandes cantidades. "No hay frente en estas operaciones", decía la orden. "Podremos descubrir que sea difícil distinguir amigo de enemigo. Utilicen siempre la máxima fuerza disponible para asegurarse de que eliminen cualquier fuerza hostil que puedan encontrar. Si alguien emplea demasiada fuerza, no habrá problemas. Si alguien emplea una fuerza reducida y tiene que ser evacuado, sufriremos bajas y fortaleceremos al enemigo".

Muchos de los soldados de los que se esperaba que cumplieran esas órdenes quedaron perplejos al recibirlas. Uno de los firmantes de la carta a Bevin era D ick Hartmann, un soldado de 31 años de Manchester. "Vimos casas incendiadas y centenares de personas de la población local encerradas en campos", recordaba Hartmann después. "Vimos muchas ambulancias, con la puerta trasera abierta, que llevaban a mujeres y niños sobre todo, que estaban cubiertos de vendas. Lo recuerdo muy bien. Todas las mujeres y niños que vivían allí se quedaban frente a sus casas, todos vestidos de negro y mirándonos con... odio".

En Reino Unido, el Parlamento y la opinión pública no sabían nada de esa guerra, la forma en que se estaba produciendo o el papel británico en ella. Y parece que el Gobierno y el Departamento de Guerra deseaban que esta ignorancia continuara.

Sin embargo, en el cuartel general del sureste de Asia de los aliados en Ceilán (la actual Sri Lanka) y en el Departamento de Guerra en Londres, los mandos militares británicos y altos cargos políticos estaban enfurecidos por la carta. Hartmann y sus camaradas recibieron el aviso de que un general se dirigía allí para verles.

"Vino por la mañana y nos echó una buena bronca por haber hecho algo tan horrible. Dijo que unos años antes nos habrían fusilado por esto, pero que desgraciadamente no podía hacerlo ahora". Hartmann estaba preocupado. Pero varios de sus camaradas habían pasado muchos años combatiendo en la jungla y no quedaron muy impresionados por el general y sus amenazas. Le dijeron de forma directa que pensaban que la causa británica en ese país era injusta y que era mejor que se largara. El general se dio la vuelta e hizo precisamente lo que le pedían.

Pero no hubo más cartas desde Saigón, poca atención de la prensa y casi ningún comentario en la Cámara de los Comunes. A pesar de las dimensiones del despliegue militar en Indochina, esta fue una operación militar que se mantuvo oculta de la vista de todos. Y no sería la última.

"Un pueblo pacífico"
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Casi 70 años más tarde, en septiembre de 2014, el primer ministro británico, David Cameron, pronunció una declaración con la que preparaba al país para la reanudación de las operaciones militares en Irak, esta vez contra Estado Islámico. "Somos un pueblo pacífico", dijo Cameron junto a dos banderas de la Union Jack. "No buscamos la confrontación, pero tenemos que saber que no podemos ignorar esta amenaza a nuestra seguridad. (...) No podemos seguir así sin más si queremos mantener seguro a nuestro país. Tenemos que enfrentarnos a esta amenaza".

Nadie dudaba de que e l primer ministro estaba bajo presión para actuar después de que E stado Islámico filmara el brutal asesinato de un voluntario británico de una ONG y amenazara con eliminar a otro. Además, nadie negaba su afirmación de que los británicos son "un pueblo pacífico" que no busca la confrontación.

En realidad, entre 1918 y 1939, fuerzas británicas combatieron en Irak, Sudán, Irlanda, Palestina y Adén (Yemen). En los tres años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, lucharon en Eritrea, Palestina, la Indochina francesa, las Indias Orientales holandesas, Malaya (la actual Malasia), Egipto, China y Omán. Entre 1949 y 1970, los británicos iniciaron 34 intervenciones militares en el extranjero. Más tarde llegaron las Falklands (Malvinas), Irak –cuatro veces–, Bosnia, Kosovo, Sierra Leona, Afganistán, Libia y, desde luego, Operación Pancarta, el despliegue del Ejército británico durante 38 años en Irlanda del Norte.
Resultado de imagen de ejercito britanico en el ulster irlanda
Durante más de cien años, no ha habido ni un solo año en el que fuerzas británicas no hayan intervenido militarmente en algún lugar del mundo. Los británicos son únicos en esto. No se puede decir lo mismo de norteamericanos, rusos, franceses o cualquier otra nación.

Sólo los británicos están perpetuamente en guerra
Resultado de imagen de guerra de las Malvinas de 1982
Una razón de que esto no se reconozca en público podría ser que en los años siguientes a la S egunda Guerra Mundial, y antes del periodo de reflexión provocado por la crisis de Suez en 1956, Gran Bretaña se implicó en tantos conflictos posteriores al fin del imperio que la opinión pública llegó a considerarlos la norma, y por tanto algo nada llamativo. Otra razón puede ser que desde 1945 las fuerzas británicas han participado en una serie de pequeñas guerras de las que no se informó mucho y que ahora están casi olvidadas, o que quedaron ocultas, incluso mientras estaban teniendo lugar, por sucesos posteriores más dramáticos.

Mucho se sabe de algunos conflictos como la guerra de las Malvinas de 1982 y la invasión de Irak de 2003, y el papel de Gran Bretaña en dos guerras mundiales se ha convertido en parte del relato histórico nacional. Pero otros conflictos son recordados de forma superficial o han quedado simplemente ocultos.

Resultado de imagen de fuerzas británicas han participado en una serie de pequeñas guerras

Una guerra secreta en Omán

Hubo una guerra de gran valor estratégico en la que participó Gran Bretaña durante más de una década que en la mayor parte del tiempo se produjo bajo un secreto absoluto. En enero de 1972, los lectores del Observer vieron un artículo titulado ¿Está el Reino Unido metido en una guerra secreta en el Golfo? Ese mismo día, el Sunday Times tenía un artículo similar que se preguntaba: ¿Es Dhofar la guerra secreta de Gran Bretaña? Tropas británicas –contaban esos periódicos– estaban interviniendo en la guerra del sultán de Omán contra fuerzas guerrilleras en las montañas de Dhofar al sur del país. 

Cuatro años antes, la crisis de la devaluación de la libra había obligado al Gobierno de Harold Wilson a prometer la retirada militar de todos los lugares al este de Suez para diciembre de 1971. La única excepción sería una pequeña fuerza que permanecería en Hong Kong. Ahora el Observer quería saber algo más: "¿Ha retirado Gran Bretaña todas sus fuerzas del Golfo Pérsico y la Península Arábiga? ¿O está el Gobierno británico, al igual que los norteamericanos en Laos, llevando a cabo una guerra secreta sin el conocimiento del Parlamento y los ciudadanos?".

El Observer localizó a uno de los líderes insurgentes que contó al reportero que la guerra había comenzado con una "explosión" en el país el 9 de junio de 1965 desencadenada por lo que describió como el mal Gobierno local y la "opresión de los británicos".

En el momento en que el O bserver y el Sunday Times habían publicado sus primeros e incompletos artículos, Gran Bretaña llevaba seis años y medio en guerra en Omán. 



Grupo de soldados del 22 SAS en Malasia, año 1957

Situado en la esquina suroeste de la Península Arábiga, el sultanato de Omán tiene frontera con los Emiratos Árabes Unidos en el norte, y con Arabia Saudí y Yemen al oeste y suroeste. El país también está situado junto al estrecho de Ormuz, la vía de 61 kilómetros de ancho por la que el petróleo del Golfo Pérsico llega a los mercados. 

En los años 60, más del 60% del petróleo enviado al mundo occidental pasaba a través del Golfo. Un gigantesco petrolero pasaba por ese cuello de botella que era Ormuz cada 10 minutos. Y con el flujo del petróleo, las economías locales florecían y se convertían en mercados importantes para las exportaciones británicas. Londres estaba más preocupado que nunca por proteger sus intereses en la región y los gobernantes locales que los apoyaban. 
Un sultán a sueldo de Londres
Resultado de imagen de ultán Said bin Taimur
A lo largo de los siglos XIX y XX, Gran Bretaña mantuvo el control sobre sucesivos sultanatos de Omán e impidió que cualquier otra potencia colonial entrara en la región. Lo consiguió con un método simple: el dinero. A mediados de los 60, el tiránico gobernante del país, el sultán Said bin Taimur recibía más de la mitad de sus ingresos de Londres. Sólo a partir de 1967, cuando se empezó a extraer petróleo por primera vez, el país comenzó a generar la mayor parte de sus ingresos. 

Incluso entonces, Gran Bretaña ejercía un enorme control sobre el sultán. Su ministro de Defensa y el jefe de los servicios de inteligencia eran oficiales del Ejército británico, su principal consejero era un antiguo diplomático británico y todos menos uno de sus ministros eran británicos. El jefe británico de las fuerzas militares de Omán se reunía cada día con el agregado militar británico y cada semana con el embajador británico. El sultán no tenía relaciones formales con ningún Gobierno que no fuera el británico. Resultado de imagen de sultanato de Muscat y Omán

La posición oficial británica era que el sultanato de Muscat y Omán era un Estado completamente soberano e independiente. En realidad, era una colonia británica de facto. Como tal, los sucesivos gobiernos británicos eran responsables de la lamentable situación económica, política y social que soportaban los súbditos del sultán y que fueron las que provocaron y alimentaron la revuelta popular.

A mediados de los 60, Omán tenía un solo hospital. Su tasa de mortalidad infantil era del 75% y la expectativa de vida estaba en torno a los 55 años. Sólo había tres escuelas primarias –que el sultán amenazaba con cerrar– y no existían colegios de secundaria. Como consecuencia, sólo el 5% de la población sabía leer y escribir. No había teléfonos ni ningún otro tipo de infraestructura, más allá de los antiguos canales de agua. El sultán prohibía cualquier objeto que considerara decadente, lo que significaba que los omaníes tenían prohibido tener radios, usar una bicicleta o jugar al fútbol. Tampoco se permitía llevar gafas de sol, zapatos o pantalones, ni usar bombas eléctricas para sacar agua de los pozos. 

Aquellos que vulneraban las leyes del sultán podían esperar castigos salvajes. Había ejecuciones públicas. Las condiciones en las prisiones, donde los guardias paquistaníes respondían a jefes británicos, eran horrendas, con un gran número de presos encadenados en celdas oscuras, sin comida suficiente o cuidados médicos.

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British SAS in Oman.

El pueblo de Omán despreciaba y temía tanto al sultán como a los británicos que le mantenían en el poder y eran cómplices de su política de no propiciar el desarrollo. No era nada sorprendente que el sultán tuviera que solicitar a menudo a los británicos que facilitaran la ayuda militar necesaria para protegerle de su propio pueblo. 

Durante los años 50, hubo varias revueltas en el norte del país que fueron sofocadas por las fuerzas británicas. Tanto los SAS (fuerzas especiales) como la RAF fueron clave para el éxito de las operaciones contrainsurgentes. Entre julio y diciembre de 1958, por ejemplo, los aviones de la RAF realizaron 1.635 salidas, lanzaron 1.094 toneladas de bombas y dispararon 900 cohetes a los insurgentes, sus pueblos en lo alto de las montañas y sus sistemas de irrigación. En peso, las bombas fueron dos veces más que las que la Luftwaffe arrojó sobre Coventry en noviembre de 1940.

En 1966, estalló una nueva rebelión en el sur del país, en la provincia de Dhofar. Al año siguiente, después de sobrevivir a un intento de asesinato, el sultán y su esposa, que era dhofari, se retiraron a su palacio en la costa, en Dalalá. Sus súbditos le veían ya tan poco que pensaban que había muerto y que los británicos les estaban ocultando la noticia.

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https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Dhofar


Para el nuevo Gobierno laborista, la intensa relación con el sultanato suponía un problema ideológico. El Partido Laborista había sido elegido en 1964 con un programa que incluía la promesa de luchar por la "libertad y la igualdad racial" en la Asamblea General de la ONU. Supondría una humillación completa si se conociera en el país y el extranjero que Omán era el último país de la Tierra donde la esclavitud seguía siendo legal. El sultán era dueño de unos 500 esclavos. Se cree que unas 150 eran mujeres, a las que confinaba en su palacio de Salalá. Un cierto número de hombres esclavos tenían deformaciones físicas originadas por las crueldades que habían sufrido.

Tras las rebeliones de los años 50, las fuerzas armadas del sultanato fueron reorganizadas con la dirección, entrenamiento, fondos y equipación británicas. Se reclutó a más omaníes como soldados, pero todos los oficiales eran británicos. Algunos eran los llamados oficiales por contrato, o mercenarios, hombres que habían servido años antes en el Ejército británico en Omán y que habían decidido volver a cambio de un generoso sueldo.

Al principio, los rebeldes a los que se enfrentaban en Dhofar eran nacionalistas árabes. Al oeste de Dhofar estaba Adén, donde los británicos se vieron obligados a retirarse a finales de 1967 ante la presión de rebeliones cada vez más violentas. El Gobierno británico se había visto reemplazado por un Estado marxista, la República Democrática del Pueblo de Yemen, que recibía ayuda de China y Rusia.

A principios de 1968, una insurgencia nacionalista dhofari se fue convirtiendo en un movimiento revolucionario con ambiciones panárabes apoyado por los chinos. Para los oficiales británicos, sin embargo, el enemigo era simplemente el adú (enemigo, en árabe). A finales de 1969, los adú habían capturado la ciudad costera de Raysut, y a principios del año siguiente controlaban la mayor parte de la meseta y podían alcanzar con sus morteros la base de la RAF en Salalá.
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Los nuevos campos petrolíferos en el desierto entre Dhofar y la capital, Muscat, empezaban a ser vulnerables. Algunos en Londres comenzaron a temer una teoría del dominó en Oriente Medio, en la que el estrecho de Ormuz acabaría en manos comunistas.

La respuesta británica no tuvo misericordia. "Quemábamos los pueblos rebeldes y disparábamos a sus vacas y cabras", escribió un oficial. "Todos los cadáveres del enemigo eran arrojados al zoco de Salalá como advertencia para todos los aspirantes a guerrilleros".

Otro oficial explicó que, a diferencia de Irlanda del Norte, donde los soldados evitaban matar o herir a no combatientes, creía que en Dhofar no había inocentes, sólo adú: "Las únicas personas en esta zona, porque no había civiles, eran todos el enemigo. Por eso, podías hacer tu trabajo, bombardear la zona con morteros y responder al fuego de fusiles sin preocuparte por las bajas civiles".

Prohibida la presencia de periodistas
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En su misión de acabar con una rebelión popular contra la crueldad de un déspota sostenido y financiado por Gran Bretaña, las fuerzas dirigidas por los británicos envenenaron pozos, quemaron pueblos y destruyeron cosechas y rebaños. Durante los interrogatorios a los rebeldes, desarrollaron técnicas de tortura y experimentaron con el ruido. Zonas habitadas por civiles se convirtieron en lugares donde estaba permitido siempre disparar a discreción. No es extraño que Gran Bretaña quisiera ejecutar esta guerra bajo un secreto total.

No fue necesario recurrir a la Ley de Secretos Oficiales ni el sistema de avisos-D (la colaboración secreta entre gobiernos y medios de comunicación) con la intención de ocultar la guerra de Dhofar y la forma brutal en que se estaba luchando. Se usaban dos medidas simples: no se permitía la entrada de periodistas en el país, y nadie en el Gobierno mencionaba la guerra.

Cuando Harold Wilson publicó sus memorias de los años en el Gobierno laborista entre 1964 y 1970, mencionó casi 250 veces la guerra de EEUU en Vietnam. La guerra de su propio Gobierno en Omán no aparecía ni una sola vez.

Mientras el Gobierno de Wilson tenía todas las razones para ser discreto con el apoyo militar prestado a un déspota dueño de esclavos, cuyo gobierno podría ser descrito como medieval, había otras razones para ese secreto completo. Era la época en que el mundo subdesarrollado y la ONU habían rechazado el colonialismo, y en que el nacionalismo árabe llevaba años creciendo. Por tanto, era vital para la credibilidad de Reino Unido en Oriente Medio que su intervención en Omán quedara en su mayor parte oculta.

John Akehurst, jefe de las Fuerzas Armadas del sultán desde 1972, sugiere una razón más para que el Gobierno británico deseara no atraer la atención hacia la guerra en Dhofar: "Quizá estaban nerviosos porque creían que iban a perder la guerra".

Ciertamente, la guerra secreta de Gran Bretaña estaba yendo tan mal que se tomaron medidas desesperadas.

Un golpe organizado en Londres

El 26 de julio, el Foreign Office anunció en Londres que el sultán Said bin Taimur había sido depuesto por su hijo, Qabus bin Said, de 29 años, en un golpe palaciego. En realidad, el golpe fue un asunto muy británico. Fue planeado en Londres por el MI6 y altos cargos del Ministerio de Defensa y del Foreign Office, y recibió el visto bueno definitivo tras las elecciones que llevaron a Edward Heath a Downing Street.

El nuevo sultán abolió inmediatamente la esclavitud, mejoró las infraestructuras de irrigación del país y comenzó a gastar el dinero del petróleo en sus fuerzas militares. Llegaron tropas del SAS, primero como guardaespaldas del sultán y luego a nivel de escuadrón para luchar contra los adú. Finalmente, cambió la situación, se permitió la entrada en el país a los periodistas y en el verano de 1976 la guerra estaba ganada.
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La guerra de Dhofar fue uno de los conflictos más importantes estratégicamente del siglo XX, ya que los vencedores podían esperar controlar el estrecho de Ormuz y el flujo de petróleo. Miles murieron, los británicos ganaron y las luces de Occidente siguieron encendidas. Hoy, la guerra aún se estudia en la academia de oficiales de las FFAA británicas. Pero, como la información sobre esta larga campaña fue suprimida en su momento, casi nadie la recuerda ahora. Como las guerras británicas en Eritrea, Indochina, las Indias Orientales Holandesas y Borneo, sólo la recuerdan los hombres que lucharon en ellas y sus familias.

Algunos aspectos del papel británico en el golpe y la guerra siguen siendo secretos protegidos por el Estado británico. Los historiadores no tendrán acceso hasta 2021 a la correspondencia de Wilson sobre Omán y la de su sucesor, Edward Heath. En 2005, un informe del Foreign Office hecho público brevemente describía la forma en que el propio ministro de Defensa del sultán, el coronel Hugh Oldman, había jugado un papel fundamental en el golpe que derrocó al gobernante de Omán para salvaguardar el acceso británico al petróleo y a las bases militares del país. El documento fue rápidamente retirado de la circulación. Su difusión, dijo el Foreign Office, había sido un desgraciado error.

Londres no deja de invertir en la guerra
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Por lo ocurrido en la última década y media, no parece que el Estado británico haya perdido el apetito por la guerra. El primer conflicto del nuevo siglo en que el Reino Unido se implicó fue el asalto contra el régimen talibán en Afganistán tras el 11S. Esa guerra tuvo un éxito inicial, pero se atascó después del despliegue británico a la provincia de Helmand en el sur. La guerra se empantanó, costando unas 95.000 vidas en 13 años, incluidas las de 453 militares británicos, y trajo pocos beneficios al pueblo de Afganistán.

La segunda guerra del siglo XXI –la invasión de Irak– fue posiblemente el mayor desastre de la política exterior del Reino Unido desde Suez. La estimación de las bajas varía mucho, desde 150.000 muertos a un millón. Lo que no se puede dudar es que 179 muertos eran británicos. Más de una década después, Irak sigue inmersa en el caos.
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Los conflictos en Afganistán e Irak posteriores al 11S tuvieron lugar ante el escrutinio completo de los medios de comunicación y acabaron persiguiendo a los políticos que los iniciaron. A pesar de eso, Gran Bretaña continúa invirtiendo en la guerra –política, tecnológica y financieramente– como forma de proyectar su poder y asegurar su influencia entre sus aliados, y también de intentar imponer orden y una cierta claridad en un mundo caótico e impredecible.

¿Pero puede hacerse en secreto? ¿Sería posible que, en un mundo de medios globales con información las 24 horas, con las redes sociales y la propia capacidad de los soldados de registrar y compartir imágenes del conflicto, que el Gobierno británico pudiera ir a la guerra y ocultarla a la opinión pública como se hizo en Dhofar durante seis años y medio?

Tony Jeapes, que dirigió el primer escuadrón de los SAS que se envió en secreto a Omán, se pensó la pregunta y decidió que, aunque tal nivel de secreto sería "la situación ideal", ya sería imposible repetirlo ahora.

Desde la guerra de Dhofar, las fuerzas especiales del Reino Unido se han incrementado en número. Desde 1996, todos sus miembros están obligados a firmar un acuerdo de confidencialidad. Eso ha reforzado la discreción con la que los miembros de unidades de élite realizan su trabajo, y raramente se vulnera.

Mientras, la evolución de sucesivas generaciones de vehículos no tripulados, o drones, ha ofrecido a los que planean la guerra grandes oportunidades para lanzar operaciones que pueden ser desconocidas por todos, excepto por los que las ordenan, planean y ejecutan, y aquellos que las sufren.

La dependencia de internet de las sociedades modernas y la creciente frecuencia con que los estados tantean y atacan sus respectivas ciberdefensas han llevado a algunos analistas a comenzar a hablar de una guerra híbrida, buena parte de la cual queda enterrada bajo desmentidos. El resultado es que la diferencia entre la guerra y la paz es cada vez más confusa.

En los años posteriores al 11S, comenzaron a aparecer indicios –en las notas a pie de página de los comunicados sobre el presupuesto del Ministerio de Defensa, así como retazos de pruebas obtenidas en los pueblos costeros de Somalia, las montañas de Yemen o las ciudades libias– de que los británicos estaban otra vez haciendo la guerra en secreto. Parece que la trinidad letal de fuerzas especiales, drones y milicias locales aliadas se estaba poniendo en marcha para ahorrar a los ciudadanos británicos los detalles cuestionables de la guerra moderna y liberar al Parlamento de la necesidad de debatir sobre sus ventajas. 

En julio de 2007, menos de una semana después de suceder a Tony Blair como primer ministro, Gordon Brown anunció una serie de rápidos cambios constitucionales para hacer que el Gobierno británico fuera "un mejor servidor del pueblo". Una de esas medidas –claramente con la intención de responder a la muy impopular guerra de Irak y la calamitosa y costosa expedición a Helmand– fue la de dar a los diputados la última palabra a la hora de declarar la guerra.

Seis años más tarde, en agosto de 2013, el Parlamento ejerció ese nuevo derecho cuando los diputados rechazaron la propuesta del Gobierno de autorizar la intervención militar en la terrible guerra civil siria.

Los ministros del Gobierno de coalición quedaron perplejos por la votación –se dijo que era la primera contra la política exterior de un primer ministro británico desde 1782– y afirmaron que no sólo impedía el despliegue de tropas, sino también cualquier tipo de asistencia militar.

"Creo que está claro que el Parlamento británico, reflejando la opinión del pueblo británico, no quiere una actuación militar británica. Lo entiendo así y el Gobierno actuará en consecuencia", dijo el primer ministro, David Cameron, en los Comunes.

Pero esas palabras –"actuará en consecuencia"– no eran lo que parecían.

En julio de 2015, el ministro de Defensa, Michael Fallon, informó a los diputados de las novedades sobre las operaciones militares en Irak, esa campaña que Cameron había anunciado junto a dos banderas británicas para declarar que el británico es "un pueblo pacífico". La RAF, dijo Fallon, había llevado a cabo 300 ataques aéreos en Irak, había 900 soldados británicos participando en la operación, y había costado 45 millones de libras en los doce meses anteriores. "Nuestra posición sigue siendo la misma; volveremos a la Cámara de los Comunes antes de realizar ataques aéreos en Siria", dijo.

Antes de esta declaración, Fallon estaba molesto al saber que en círculos políticos de Washington se decía que la negativa a actuar en Siria sólo podía entenderse como un signo de la decrepitud británica.

Su declaración había sido una completa manipulación: durante al menos 18 meses los pilotos de la RAF, que estaban "incrustados" con los militares estadounidenses y canadienses, habían llevado a cabo ataques aéreos contra objetivos en Siria. Otros habían volado misiones de combate junto a militares franceses en Malí. Se dijo que estaban bajo el mando de fuerzas extranjeras, pero era claramente la contribución británica a una guerra que los parlamentarios habían decidido evitar.

Dos semanas más tarde, se supo la verdad y Fallon tuvo que volver a los Comunes para explicarse ante unos enfurecidos diputados.

Personal militar "incrustado" no es nada nuevo, declaró. Cumplen la ley británica, pero "tienen que respetar las normas de combate de la nación anfitriona". No había contado en público lo que estaba pasando porque esos pilotos estaban colaborando con operaciones de otros países. Además, dejó claro que la decisión de no publicar lo que sucedía debía considerarse "procedimiento habitual".

En diciembre de 2015, los diputados votaron finalmente a favor de acciones militares contra Estado Islámico. El Gobierno recibió la aprobación parlamentaria para esas operaciones militares que ya había estado ejecutando de forma encubierta durante dos años.

Mientras, se supo que en el Golfo Pérsico había personal militar británico en las salas de control desde las que se guía a los bombarderos de la Fuerza Aérea saudí en sus ataques en Yemen. Los británicos estaban ayudando a sus socios saudíes con los códigos que les permitían elegir y atacar sus objetivos. Los saudíes no estaban sólo volando aviones fabricados en Reino Unido y lanzando bombas hechas en Reino Unidos. Estaban lanzando un número inmenso de ellas. En un periodo de tres meses en 2015, las exportaciones de bombas y misiles británicos se incrementaron en un 11.000%, desde nueve millones de libras hasta 1.000 millones.

Esta campaña de bombardeos ha sido fuertemente criticada por grupos de derechos humanos al causar miles de muertes de civiles. En el Parlamento, el Gobierno británico no tenía mucho que decir al respecto, más allá de insistir en que "respeta las normas del Derecho humanitario".

Una vez más, el Gobierno parecía estar metiendo de forma discreta al país en un conflicto de Oriente Medio sin el control o aprobación del Parlamento. Y el hecho de que fuera una guerra encubierta, no declarada y sin publicidad podía contemplarse no como una posibilidad, sino como la realidad de muchas de las operaciones militares del Reino Unido.

http://www.mundoarabe.org/reino-unido-guerra.html

Eslovaquia incorpora el nuevo anti-tanque Carl-Gustaf M4 a sus Fuerzas Armadas.

Eslovaquia incorpora el nuevo anti-tanque Carl-Gustaf M4 a sus Fuerzas Armadas.

El Ministerio de Defensa de Eslovaquia ha formalizado la adquisición de compra del nuevo cañón sin retroceso multi-rol Carl-Gustaf M4, con el fin de reforzar aún más su capacidad de defensa, convirtiéndose en el primer país en desplegar esta nueva arma.

El Carl-Gustaf M4 es la última versión multi-rol del sistema de armas portátiles de hombro. Ofrece a los usuarios una amplia gama de opciones de participación y contiene un mayor grado de precisión, construcción más ligera y compatibilidad con futuras innovaciones.

De acuerdo con la web del fabricante SAAB, el Carl-Gustaf M4 tiene toda la eficacia y versatilidad del anterior sistema M3, pero su diseño mejorado, corto y ligero, de menos de 7 kilogramos de peso y menos de un metro de largo, hace del nuevo sistema, el miembro más corto y más ligero de la familia y permite a las tropas mantenerse ágiles y eficaces en cualquier escenario durante las operaciones especiales, misiones y entrenamiento.

El M4 también es compatible con futuros desarrollos de tecnología de campo de batalla como los sistemas inteligentes de avistamiento y municiones programables. “Eslovaquia tiene ahora un sistema que aumentará sustancialmente sus capacidades de defensa. Se basa en las formidables capacidades del sistema, ofreciendo un mayor grado de precisión, construcción más ligera y compatibilidad con futuras innovaciones”. Dijo Magnus Lewis-Olsson, director de Saab Europa.

Tener una sola arma para todas las situaciones aumenta su flexibilidad y reduce la cantidad de equipo que tienen que llevar los combatientes.


El sistema Carl Gustav es un cañón sin retroceso multipropósito portátil de 84 mm producido por la compañía Bofors (anteriormente Bofors Anti-Armour AB) de Suecia. El primer prototipo del Carl Gustav fue producido en 1948 y mientras que otras armas similares de la época han sido retiradas, el Carl Gustav sigue siendo ampliamente utilizado hoy en día.

Desarrollado por Hugo Abramson y Harald Jentzen en la Real Administración Sueca de Armas (KAFT), y producido en la Carl Gustav Stads Gevärsfaktori, de donde deriva su nombre, fue introducida en el servicio con el Ejército sueco en 1948 como el 8,4 cm Granatgevär m/48 (Fusil lanzagranadas modelo 1948 de 84 mm, en sueco), cumpliendo el mismo papel antitanque que el Bazuca estadounidense, el PIAT británico y el Panzerschreck alemán. Sin embargo, a diferencia de estas armas, el Carl Gustav empleaba un cañón estriado para estabilizar sus proyectiles, al contrario de las aletas empleadas por los otros sistemas.


El uso del sistema de disparo sin retroceso le permite al Carl Gustav emplear municiones con una mayor carga propulsora, disparando sus proyectiles a 290 m/s frente a los casi 105 m/s del Bazuca y el Panzerschreck y a los casi 75 m/s del PIAT. El resultado es una mayor precisión a largo alcance. El Carl Gustav puede emplearse para atacar grandes blancos estacionarios a una distancia de 700 m, pero la relativa baja velocidad del proyectil limita los ataques a blancos en movimiento a 400 m o menos.

El Carl Gustav fue rápidamente vendido en todo el mundo y se volvió una de las principales armas antitanque a nivel de escuadrón para varios ejércitos de Europa occidental. En 1964 se introdujo la versión mejorada M2, que rápidamente reemplazó a la versión original. La versión M3 fue introducida en 1991, usando un delgado cañón estriado de acero, reforzado por una funda exterior de fibra de carbono. Las piezas externas de acero fueron reemplazadas por piezas de aleación de aluminio o plástico, reduciendo el peso del arma descargada de 16,35 kg a 10 kg.

La versión M4 creado sobre la base del éxito de su predecesor ofrece una longitud aún más corta y un peso de menos de siete kilos es compatible con todas las municiones existentes y futuras en su amplia gama de anti-armadura y anti-estructura.

http://galaxiamilitar.es/eslovaquia-incorpora-el-nuevo-anti-tanque-carl-gustaf-m4-a-sus-fuerzas-armadas