El portaaviones nuclear estadounidense Carl Vinson.
"Nuestras fuerzas revolucionarias están preparadas para hundir el portaaviones nuclear de EEUU en un solo ataque". Es la preocupante amenaza que ha
realizado esta semana Corea del Norte a través del periódico oficial del régimen. La tensión en la península coreana
sigue aumentando. Y no solo con palabras, también con desfiles,
maniobras, despliegues
de sistemas antimisiles y desplazamientos a la región de unidades militares. Pero la amenaza de Corea del Norte sobre el portaaviones estadounidense Carl Vinson es
especialmente grave. ¿Tiene Pyongyang la capacidad militar y tecnológica para atacar y hundir el gigantesco portaaviones de clase Nimitz que se dirige a patrullar la zona?
El USS Carl Vinson navega por fin con rumbo a la zona, y se cree que más adelante
un segundo grupo de combate podría patrullar la región. Entre su habitual y florida retahíla de amenazas, Corea del Norte ha destacado particularmente al portaaviones estadounidense, asegurando que sería capaz de hundirlo "de un solo golpe". La realidad es mucho más desfavorable para el régimen de Kim Jong-un. Corea del Norte dispone de armamento potente (aunque en gran medida obsoleto), pero en absoluto lo suficiente como para hundir un portaaviones.
Misiles balísticos antibuque
Una de las
sorpresas en el desfile militar norcoreano del pasado 15 de abril en Pyongyang fue una versión de alcance extendido del Scudo el Rodong, misiles de alcance intermedio (hasta 800 millas naúticas o 1.400 km) de combustible líquido montados sobre un vehículo de orugas. La peculiaridad de los misiles mostrados, tentativamente bautizados por Washington como KN-17, es que sus cabezas de combate llevaban aletas, lo cual sugiere un vehículo de reentrada con capacidad de maniobra en su fase terminal.
Se trata justo del tipo de arma necesario para transformar un simple misil balístico
en un arma antibuque del tipo de
los Dong Feng 21D y DF-26 chinos. Aunque con muchas desventajas técnicas, como una cabeza de combate de menor tamaño, la necesidad de cargar combustible antes del disparo y la imposibilidad de mantener la alerta a largo plazo típicas de los misiles de combustible líquido. Parece ser que este tipo de misil fue objeto de la última prueba realizada por el régimen norcoreano, que resultó fallida.
Corea mostró el 15 de abril parte de su arsenal militar en un desfile en la capital, Pyongyang. (Reuters)
No está nada claro que estos misiles dispongan de la capacidad de atacar a un blanco en movimiento, ni siquiera que tengan la precisión necesaria (el error circular probable del Rodong-1 se estima entre 1 y 4 km). Pero además el ataque con misiles balísticos a un portaaviones no solo necesita de misiles capaces de llevarlo a cabo, sino de una larga cadena causal de detección a larga distancia y generación de datos de seguimiento de alta precisión que hagan posible lanzar en la zona adecuada.
Se duda de que China, que dispone de satélites de reconocimiento, radares del tipo OTH (Over The Horizon, sobre el horizonte) y aviones con o sin piloto de patrulla oceánica, sea capaz de culminar un ataque, especialmente contra las excelentes capacidades de guerra electrónica de que hace gala la marina estadounidense. Es extremadamente improbable que Corea del Norte, que carece de estos sensores, pudiera conseguir los datos precisos.
No está nada claro que los misiles de Corea del Norte dispongan de la capacidad o la precisión de atacar a un blanco en movimiento
En teoría, precisamente pensando en este tipo de misiles se desarrolló la
sección marítima del escudo antimisiles balísticos estadounidense representada por una versión específica del sistema defensivo antiaéreo Aegis acoplada a los misiles SM-2/3. Numerosos buques (cruceros y destructores) de la armada estadounidense llevan esta defensa, como también disponen de ella algunos destructores de la marina japonesa y pronto la tendrán tres buques coreanos.
El sistema es capaz de detectar el lanzamiento de un misil balístico y de interceptarlo en su fase exoatmosférica por medio de una cabeza de combate cinética (LEAP) que choca físicamente con el objetivo para destruirlo, y ha sido probado en varias ocasiones con éxito. Sin embargo, ni el grupo de combate del USS Carl Vinson, actualmente en las proximidades de la península coreana, ni los buques japoneses y coreanos con los que se va a reunir, disponen de esta capacidad: los barcos escogidos para formar el grupo de escolta carecen de ella,
según informa Bloomberg. En otras palabras: un sistema de defensa inexistente para una amenaza muy improbable.
Misiles antibuque costeros
Además de los presuntos misiles antibuque balísticos, Pyongyang mostró una nueva versión de misil antibuque costero, probablemente una evolución de los ya conocidos basados en el
Kh-35 ruso de los años 60. Se trata de misiles de crucero subsónicos originalmente pensados como equivalentes del Harpoon estadounidense y con el tamaño para atacar buques de hasta 5.000 toneladas. La versión norcoreana es más grande y (en esta última iteración) va montada en un transportador - lanzador sobre orugas pintado de camuflaje azul.
La versión rusa tenía un alcance de unos 135 kilómetros y llevaba 145 kg de explosivo de carga hueca, aunque es dudoso que uno de ellos pudiera hacerle mucho daño al Carl Vinson. La marina norcoreana cuenta también con diversas versiones (KN-01, KN-06) derivadas del misil de crucero antibuque ruso
P-15 Termit (SS-N-2 Styx, en nomenclatura OTAN) diseñado en los años 50 y de sus versiones chinas posteriores. Con una cabeza explosiva cercana a los 500 kgpodrían ser mucho más peligrosos, pero su alcance es más limitado: entre 80 y 120 km, y su velocidad de ataque es subsónica.
Foto: Reuters.
Aparte de los defectos propios de estos sistemas, los misiles de crucero tendrían que enfrentarse con las defensas del grupo de combate del portaaviones, que dispone de sistemas de defensa de punto como dos lanzadores de misiles RAM RIM-116 y tres cañones automáticos Phalanx, sin contar con los buques de escolta. Para despistar a sus sistemas de puntería, cuentan con
señuelos Nulkacapaces de engañar a los misiles, aparte de sus capacidades de guerra electrónica. Hay que tener en cuenta que al ser subsónicos estos cohetes serían vulnerables incluso a los cazas F/A-18 del portaaaviones.
La única posibilidad sería montarlos en otras plataformas como submarinos, buques de superficie, lanchas rápidas o aviones, cuyas capacidades analizaremos después. Según algunas fuentes y debido a estas deficiencias, el país estaría desarrollando una versión antibuquedel misil balístico de corto alcance KN-02 Toksa, copia del ruso OTR-21 Tochka, aunque no hay datos sobre su entrada en servicio. En todo caso, ninguno de los misiles supondría una amenaza para un portaaviones, al menos desde la costa, ya que nunca se acercaría a una distancia dentro de su radio de acción.
Buques de superficie
La
marina norcoreana dispone de muy pocos buques de combate de superficie de gran o mediano porte; apenas un puñado de fragatas ligeras (algunas se sospecha que construidas sobre cascos de desguace de viejas fragatas rusas) y corbetas procedentes incluso de los años 30, aunque modernizadas. Ninguna de ellas se podría considerar una amenaza seria a un buque de combate moderno.
Solo la flota de lanchas rápidas y buques rápidos podría tal vez suponer un riesgo. La armada de Pyongyang cuenta con numerosos barcos armados con misiles o torpedos, algunos de ellos del tipo VSV ('very slender vessel') e incluso con diseños avanzados como catamaranes y buques de efecto superficie. Algunos de los VSV
presentan características furtivas respecto al radar y velocidades muy elevadas.
El USS Carl Vinson cruza el mar de Filipinas. (Reuters)
Sin embargo, esta flota de pequeñas embarcaciones parece más orientada a la infiltración y el ataque de buques mercantes que al enfrentamiento con otras fuerzas militares. Sus armas principales son los misiles subsónicos ya comentados, basados en diseños de los años 60 y relativamente fáciles de interceptar, o bien los torpedos que comentaremos en el capítulo de los submarinos.
Las tácticas de enjambre que pueden multiplicar la eficacacia de este tipo de lanchas han sido ensayadas por países como Irán, por lo que la marina de Estados Unidos las tiene muy estudiadas: sistemas como los cañones Phalanx y misiles disparados desde helicópteros pueden enfrentarse a ellas con relativa comodidad. Si es que los F/A-18 no las han destruido mucho antes de acercarse al grupo de combate.
Submarinos
Corea del Norte dispone de una nutrida flota de submarinos que ha demostrado ya su capacidad ofensiva, por ejemplo en el hundimiento de la corbeta surcoreana ROKS Cheonan en 2010, así como en numerosos incidentes de infiltración de fuerzas especiales en Corea del Sur. Sin embargo, debido a sus características técnicas y a su edad de nuevo es muy dudoso que el arma submarina norcoreana pudiese suponer un serio problema para un grupo de combate de portaaviones. Porque si bien es cierto que los submarinos diesel-eléctricos modernos son considerados como una seria amenaza, los norcoreanos están muy lejos de serlo.
La mayor parte de la flota submarina de Pyongyang está compuesta por buques pequeños de alcance muy limitado y aptos tan solo para operaciones costeras. Están basados en tecnología obsoleta: los buques más grandes son versiones modernizadas de los
clase Romeosoviéticos, con tecnología de los años 50, y de los
Whiskey de los años 40; los más modernos son de fabricación china. El resto son submarinos de las
clases Sang-O con una tripulación de 35 hombres y dos tubos lanzatorpedos en sus versiones de ataque, o submarinos enanos de la
clase Yono, con una tripulación de ocho personas y apenas aptos para emboscadas e infiltración de pequeños equipos.
El líder norcoreano Kim Jong-un supervisa un ejercicio militar. (Reuters)
Todos los submarinos pueden largar minas además de lanzar torpedos pesados como
el CHT-02D que hundió al Cheonan: un torpedo con una cabeza de combate de 250 kg con seguimiento de estela, lo que le permite localizar al blanco por la perturbación en el agua y dirigirse a su centro, donde estalla la carga, desde decenas de milas de distancia ysiguiendo un patrón en ’S’ difícil de interceptar. Las cabezas de combate de este tipo de torpedos están optimizadas para detonar debajo del blanco levantándolo y creando a continuación un vacío que succiona el casco, partiendo la quilla; como puede verse en el vídeo bajo estas líneas, un buque mediano es literalmente partido en dos.
Para enfrentarse con semejante amenaza la armada estadounidense cuenta con helicópteros antisubmarinos capaces de detectar y atacar a grandes distancias; una segunda capa de destructores con sonares de casco y remolcados para defender al portaaviones, señuelos remolcados para despistar a los torpedos y sistemas de defensa capaces de interceptarlos. Todos estos sistemas están interconectados, y serían especialmente eficaces al enfrentarse no a un submarino convencional moderno, sino a uno basado en tecnología de casi la Segunda Guerra Mundial: ruidoso, lento, poco maniobrable y sin apenas sensores propios.
Y no solo eso: si por azares del destino, por la habilidad del comandante norcoreano o por error del mando estadounidense el portaaviones quedara a tiro de uno de estos submarinos geriátricosno está claro cuál podría ser el efecto en su estructura de un torpedo actual. Un portaaviones no es un destructor de 2.500 toneladas como el del vídeo: con más de 300 metros de largo y centenares de miles de toneladas de peso su mera masa lo haría mucho menos vulnerable.
Además, su casco incluye en su diseño elementos antitorpedos que el resto de los barcos no llevan ya desde la Segunda Guerra Mundial; sus diseñadores son muy conscientes de que los torpedos hundieron a muchos portaaviones en aquel conflicto. Incluso la marina de Estados Unidos desconocía los detalles hasta que efectuó pruebas sobre el casco del retirado America, de la clase Kitty Hawk; datos que mantiene en secreto.
Fuerza aérea
Y por último tenemos la fuerza aérea norcoreana, última posibilidad para lanzar un ataque exitoso sobre un grupo de combate de portaaviones estadounidense. De entre las diversas ramas de las fuerzas armadas de aquel país la fuerza aérea es la que
quizá menos preocupa a los planificadores estadounidenses, ya que en su inventario de más de 1.300 aparatos la inmensa mayoría son vetustos diseños soviéticos de los años 50 y 60 que están varias generaciones atrasados. Aviones como los MiG-15, MiG-17, MiG-19 y MiG-21 están en los museos aeronáuticos de todo el mundo, y carecen de la capacidad de sobrevivir en un combate aéreo moderno.
Kim Jong Un inspecciona uno de los (escasos) cazas con los que cuenta el ejército norcoreano. (Reuters)
Tan solo el reducido número de MiG-29s (unos 35), MiG-23 (unos 50) y Su-25 (34 ejemplares) tendrían alguna posibilidad, aunque los MiG-29 fueron comprados en los 80 y el resto no disponen de electrónica moderna. Para colmo se cree que los pilotos norcoreanos vuelan muy poco, apenas una veintena de horas al año, cuando se considera que hacen falta más de 100 como mínimo para mantener la capacidad de combate. Contra los bragados pilotos de los F/A-18 del Vinson poco tendrían que hacer.
Por si fuera poco el armamento que podrían utilizar en un ataque se limita a los misiles ya citados, que como hemos visto no suponen una amenaza de gran magnitud; ni soñar con un ataque con bombas al estilo de la Segunda Guerra Mundial; jamás sobrevivirían hasta llegar a la vertical del blanco. De modo que, en conjunto y sin descartar del todo a los dioses de la guerra, que a veces tienen un peculiar sentido del humor, cabe concluir que las posibilidades de que Corea del Norte cumpla su promesa de hundir un portaaviones estadounidense de un solo golpe son entre reducidas y nulas. Al menos desde el punto de vista armamentístico y de tecnología militar.
http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-04-28/corea-del-norte-tecnologia-militar-carl-vinson-portaaviones-eeuu-trump_1373933/