Estados Unidos utilizó hasta 59 misiles Tomahawk para destruir una base aérea del ejército sirio. Una operación que, sólo en armamento, ha supuesto un gasto superior a los 70 millones de dólares. Fuentes militares analizan para ECD detalles del ataque que han pasado inadvertidos y presentan algunas hipótesis para explicar la envergadura del bombardeo.
El ataque con misiles Tomahawk contra la base aérea de Shayrat ha dejado un balance de seis fallecidos y una crisis internacional de gran envergadura. La Administración Trump asegura que advirtió del bombardeo a Moscú antes de que se produjese. El Kremlin ha instado a la ONU a convocar una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
La operación militar se llevó a cabo desde dos destructores ubicados en el Mediterráneo oriental, el USS Ross y el USS Porter. Dos buques que
tienen su base estable en Rota y que forman parte del dispositivo naval del Escudo Antimisiles.
En total, ambos destructores lanzaron una oleada de 59 misiles Tomahawk (cada uno de los buques puede llevar hasta 90 misiles) contra el aeródromo sirio. Previamente se había informado a los miembros de la coalición internacional que era un bombardeo contra el Estado Islámico y evitar así cualquier tipo de interferencia en la operación. España no estuvo incluido en ese aviso.
El resultado fue la destrucción de la práctica totalidad de las pistas, almacenes logísticos, arsenales y hangares que están dentro de los márgenes de la instalación. Sin embargo, el Pentágono no ha informado oficialmente sobre si uno de los objetivos del ataque fue la destrucción de alguna instalación que contuviese armas químicas.
Según fuentes militares consultadas por El Confidencial Digital, ha sorprendido el número de los misiles Tomahawk utilizados, ya que los consideran “muy elevado”. Para dejar inutilizables esas instalaciones se podrían haber utilizado “menos misiles”.
Estos son algunos de los detalles que extraen los expertos tras un análisis de la información del ataque disponible hasta el momento:
-- El alto número de misiles podría indicar que Estados Unidos tenía datos o indicios creíbles de que la base albergaba algún tipo de agente químico, precursores para la fabricación de gases tóxicos o armas químicas ya preparadas para su uso. De Shayrat partieron, presuntamente, las aeronaves a las que se responsabiliza del ataque con gas sarín contra población civil ocurrido hace unos días en Ildib.
-- El gas sarín y el gas cloro, las dos principales armas químicas que ha tenido en su arsenal las Fuerzas Armadas sirias, se volatiliza a altas temperaturas. La explosión de una oleada de Tomahawks y la combustión del combustible que llevan estos misiles (TH-dimer) genera temperaturas superiores a los 1.500 grados, suficiente para destruir el gas.
-- Por otra parte, no se han encontrado restos de fósforo blanco en el escenario del ataque. No hay rastro de este compuesto en las primeras imágenes sobre los daños producidos en la zona. EEUU ha utilizado este tipo de arma química como elemento destructor de arsenales de gases tóxicos como el sarín.
-- El coste unitario de un Tomahawk asciende a más de 1,3 millones de dólares por unidad. La oleada de ataques, por tanto, habría supuesto un gasto aproximado de más de 70 millones de dólares.
-- La base se usó tiempo atrás como almacén de armas químicas: Siria desmontó sus arsenales químicos hace años. En 2014, Estados Unidos dio por “desarmado” al régimen de Al Assad. Una de las instalaciones de las que se retiraron partidas de gas sarín y otros componentes tóxicos fue precisamente la de Shayrat.
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