Madrid 31 MAR 2017 - 05:42 CEST
El primer avión de transporte militar Airbus A400M adquirido por España. EFE
España tendrá que abonar 243 millones de penalización a la empresa Airbus si finalmente no compra los 27 aviones de transporte A400M que se comprometió a adquirir, según ha revelado este jueves en el Congreso el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde. Su antecesor en el cargo, Pedro Argüelles, pactó con el gigante aeronáutico europeo recibir 14 aparatos entre el año pasado y 2022 y posponer la recepción de los 13 restantes hasta 2025. Pero Defensa ya ha declarado estos 13 aviones como “no operables” –es decir, innecesarios—y ha aceptado pagar a Airbus 243 millones por la cancelación de este pedido. La única forma de evitar la multa es que España consiga vendérselos a otro país, al margen de las exportaciones que Airbus está haciendo por su cuenta a países como Malaisia e Indonesia. Esta penalización se sumaría a los 5.018 millones que el Ejército del Aire pagará por los 14 aviones que sí va a recibir.
A lo que no ha aludido el secretario de Estado es a las penalizaciones que los países clientes del A400M pueden imponer a Airbus por los retrasos en las entregas y el incumplimiento de los requerimientos operativos. Este era el objeto de la reunión que este mismo jueves mantuvo Conde en Madrid con sus homólogos de Alemania, Francia, Reino Unido, Turquía, Bélgica y Luxemburgo y responsables de Airbus Defence & Space (ADS) y Europrop International, fabricante del motor. No acudió el consejero delegado de Airbus,Tom Enders, quien había exigido reunirse con los ministros de Defensa.
Alemania es el socio más firme a la hora de reclamar fuertes sumas a Airbus por los retrasos en las entregas, mientras que España estaría dispuesta a aceptar compensaciones en forma de repuestos y servicios suplementarios. El Ejército del Aire español apenas ha sufrido retrasos –unos meses en el primer aparato, entregado a finales del año pasado—pero comparte con sus homólogos europeos la falta de capacidades del A400M en reabastecimiento de helicópteros o lanzamiento de paracaidistas. También tendrá que cambiar un motor al avión que acaba de recibir, ya que adolece de fallos en la caja reductora ya resueltos en los últimos aviones salidos de la cadena de montaje. La flexibilidad española se explica, en parte, por el hecho de que el A400M se monte en Sevilla, aunque sus componentes procedan de Alemania o Reino Unido.
Conde ha dado por sentado que el proyecto de presupuestos generales del Estado que este viernes aprobará el Consejo de Ministros incorporará una partida de 1.824 millones de euros en el capítulo de Defensa para atender la factura del año pasado y este de los llamados Programas Especiales de Armamento (PEAS), cuyo importe total suma 30.000 millones (de los que 21.000 están pendientes) que hasta ahora se financiaban con créditos extraordinarios declarados ilegales por el Constitucional.
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