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El gigante asiático ha establecido recientemente un nuevo e importante órgano: la Comisión Central para el Desarrollo Integrado Militar y Civil. La entidad está encabezada por el secretario general del Partido Comunista, Xi Jinping, lo cual ilustra el elevado estatus de la comisión, opina el experto militar ruso Vasili Kashin.
En una entrevista con Sputnik, Kashin apuntó que la idea de la integración de la
tecnología militar y civil no es nueva para
China, puesto que hunde sus raíces en la década de los 80, durante la primera etapa de las reformas económicas del país.
En la actualidad, según detalló Kashin, varias estructuras, responsables de la elaboración de
estrategias de desarrollo científico y técnico y de la armonización de los programas militares y civiles, funcionan dentro del sistema del Consejo Militar Central y el Ministerio de Industria e Informatización.
Algunos expertos chinos y occidentales explican que la creación de la nueva comisión se debe al deseo de las autoridades del país de impulsar la diversificación económica de la industria de
defensa. No obstante, a Kashin esta versión le parece cuestionable.
El analista ruso admitió que las principales empresas industriales y militares
chinas ya habían avanzado en la diversificación de sus actividades: por el momento, la producción civil prevalece sobre la militar en las 10 principales compañías.
"La proporción de producción militar en algunas de ellas es inferior al 20% y, en algunos casos, al 10%", profundizó.
Por lo tanto, la creación de un nuevo órgano de coordinación de alto nivel se debe al hecho de que
China está preocupada por el novedoso programa militar de EEUU, conocido como la Tercera
Estrategia de Compensación (Third Offset Strategy) —el elemento central de la llamada Iniciativa de Innovación de
Defensa—. Se trata de un plan estratégico del Departamento de
Defensa de EEUU, divulgado por el Pentágono en noviembre de 2014, para buscar nuevas formas de sostener y avanzar en las capacidades de la 'fuerza del futuro'.
La Tercera
Estrategia de Compensación, según cree Kashin, está específicamente orientada a
China y se basa en la comprensión del hecho de que "la proporción de los recursos presupuestarios asignados a la
defensa irá cambiando a largo plazo en una dirección desfavorable para Washington". El experto argumentó que
China todavía cuenta con la capacidad de aumentar sus gastos militares, mientras el de EEUU "ya ha tocado techo".
"El único as en la manga de EEUU puede seguir siendo su superioridad en la capacidad científica y tecnológica", destacó.
Así, Washington espera lograr una abrumadora ventaja por medio de las inversiones en
tecnologías avanzadas, basadas en una estrecha integración de las industrias militar y civil, por lo cual el Pentágono ya ha establecido una oficina especial en Silicon Valley.
La mayoría de las
tecnologías elaboradas por EEUU son civiles o de doble uso. En la lista de prioridades figuran las
tecnologías de impresión 3D, la inteligencia artificial, la robótica, las
tecnologías supersónicas y aparatos submarinos no tripulados, entre otras.
"Es probable que las autoridades
chinas califiquen la
estrategia estadounidense como una amenaza", admitió Kashin.
En consecuencia, se tomó la decisión de centralizar las medidas dirigidas al desarrollo de las
tecnologías clave, además de transferir los programas existentes bajo el control de las más altas autoridades del país, agregó el analista.
Rusia también está preocupada por las iniciativas estadounidenses e intenta aumentar el volumen de sus propias investigaciones en las áreas pertinentes.
"En algunos casos, los esfuerzos conjuntos de Rusia y
China serían una medida que permitiría obtener buenos resultados con el mínimo esfuerzo", concluyó.
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