Corea del Norte está entre los 10 países más pobres del mundo, pero, a la vez, es el país más militarizado. Su tecnología está obsoleta, pero aún puede hacer mucho daño
El legendario ‘
reino ermitaño’ vuelve a estar de actualidad por sus acciones provocadoras sobre su vecino, y sobre el resto de la comunidad internacional. Corea del Norte considera que estas provocaciones y desafíos son vitales para su supervivencia, como país y como régimen de gobierno. Pero ¿tan amenazante resulta un país que está
entre los 10 más pobres del mundo en PIB per cápita y tiene tan solo 25 millones de habitantes? ¿Por qué sus vecinos y hermanos de Corea del Sur, pero también Estados Unidos, China y Rusia temen a Corea del Norte?
Para empezar, la
República Popular Democrática de Corea es, con diferencia, el país más
militarizado del mundo. En números brutos, sus fuerzas armadas superan los 1,2 millones de soldados, lo que los coloca los cuartos del mundo simplemente por el tamaño. Pero es que además existen una gran cantidad de servicios paramilitares y reservas que encuadran a otros 7,5 millones de habitantes. En una población total de apenas 25 millones, esto supone el mayor ejército del mundo, relativamente hablando: casi el
40% de los habitantes.
Entre el 25% y el 40% del total de gastos e inversiones del Gobierno se destinaban a defensa. Es más un ejército que tiene un país que viceversa
Y no solo eso: la integración del ejército en la economía del país es completa. Se ha estimado que en distintas épocas, entre el 25% y el 40% del total de gastos e inversiones del Gobierno se destinaban a defensa, con hasta un tercio de la producción controlada directamente por las fuerzas armadas. Es más un ejército que tiene un país que viceversa. Y, sin embargo, en
algunas clasificaciones de poderío militar, Corea del Norte aparece en el número 35º del mundo (o
el 36º), por debajo de países como España, Tailandia o Bélgica; esto se debe a que los números solo cuentan una parte de la historia, y el factor calidad es crucial.
Armamento nuclear
El
armamento nuclear desarrollado por el régimen de Corea del Norte, a pesar de todos los avisos y sanciones para impedirlo, se calcula que puede llegar a la decena de dispositivos, aunque es dudoso que puedan ser instalados en misiles o bombas lanzables desde aviones. De las cuatro pruebas nucleares efectuadas por el país, dos han sido consideradas por los analistas internacionales como fracasos al menos parciales, y la tecnología necesaria para miniaturizar los explosivos atómicos es complicada.
El líder norcoreano Kim Jong-un, en una reunión con científicos y técnicos que trabajan en armamento nuclear. (Foto: Reuters)
Lo cual no ha impedido al actual líder del país, Kim Jong-un, dirigir unas maniobras recientes que supuestamente
ensayaban el uso de misiles balísticos nucleares para atacar puertos de desembarco de ‘atacantes extranjeros’. Cualquier análisis de la capacidad militar norcoreana debe tener en cuenta la existencia de estos dispositivos, por más que su modo de lanzamiento deba ser todavía mucho más primitivo que el lanzamiento con misiles. Como veremos, hay otras formas de usar una bomba atómica, aunque sea de gran tamaño.
Además, existen sospechas de que Corea del Norte posee otros tipos de armas de destrucción masiva, en concreto
armas químicas y biológicas. Respecto a armamento químico, varias estimaciones coinciden en calcular que el país posee entre 2.500 y 5.000 toneladas de agentes químicos, incluyendo gas mostaza, sarín y otros gases nerviosos; se cree que incluso tiene capacidad de usar agentes de tipo binario (inofensivos por separado, letales al mezclarse).
Se cree que Corea del Norte posee armas químicas y biológicas: entre 2.500 y 5.000 toneladas de agentes químicos, incluyendo gas mostaza y sarín
El ejército norcoreano dispone en sus estructuras de tropas especializadas en combate NBQ (nuclear, biológico, químico) y practica con frecuencia el uso de trajes protectores y máscaras antigás. Aunque el país es firmante de varias convenciones y leyes internacionales que prohíben la guerra biológica, informes de desertores afirman que dispone de la capacidad de desarrollar este tipo de armamento, en especial ántrax, e incluso que lo ha puesto a prueba en sus propios habitantes. Las capacidades químicas y biológicas son especialmente significativas cuando se analizan en conjunto con la potencia artillera, que veremos después.
Un ejército obsoleto y primitivo, pero letal
Aparte de las armas de destrucción masiva, las fuerzas armadas de Corea del Norte pueden calificarse de toscas y
están equipadas con un armamento obsoleto basado en modelos soviéticos de los años sesenta del pasado siglo. Los sistemas de mando y control son primitivos y las doctrinas y la planificación, rígidas y jerarquizadas, dejando muy poco espacio a la iniciativa de soldados y oficiales.
Muchos de los avances efectuados en las últimas décadas en sistemas electrónicos, de puntería, de comunicaciones y de informatización, no han sido incorporados a sus herramientas ni a su metodología. En muchos aspectos,
las fuerzas armadas norcoreanas con un eco del pasado. Pero esto no quiere decir que no sean peligrosas: un hacha bien manejada puede matar igual que un sofisticado rifle, y las armas de Corea del Norte pueden no ser de tecnología punta, pero son mortíferas. Y los militares han dedicado mucho empeño a asegurar que se emplean del modo que más daño pueda hacer.
El cañón de artillería M-1978 (Koksan) del ejército de Corea del Norte. (Foto: Wikimedia Commons)
Las fuerzas blindadas son un buen ejemplo. El país invadió Corea del Sur en los años cincuenta y conquistó prácticamente todo el país antes de que la reacción estadounidense y de otros países de la ONU diera un vuelco a la situación y estuviera a punto de conquistar toda Corea del Norte, hasta que fueron detenidos por los chinos. La reunificación sigue siendo una doctrina clave del régimen norcoreano, por lo que su ejército debe estar preparado para atacar en cualquier momento e invadir el sur. A la vez, debe estar preparado para poder resistir un posible ataque, por lo que la mayor parte de su poderío está concentrado en la mitad sur del país: se ha estimado que si decidieran atacar, los defensores surcoreanos y estadounidenses
dispondrían tan solo de entre 12 y 36 horas de preaviso. Las fuerzas acorazadas están divididas en un cuerpo blindado y cuatro mecanizados y cuentan con más de 4.000 tanques y más de 2.000 transportes blindados de personal, así como miles de cañones autopropulsados y remolcados y hasta 5.000 lanzacohetes múltiples.
Pero los tanques más potentes son desarrollos locales copiados de modelos soviéticos de los años sesenta. Los
Ch'ŏnma-ho son copias del
T-62 con blindaje aligerado para aumentar su velocidad, y no adquirieron sistemas de tiro con telémetro láser hasta los últimas versiones; hay unos 1.000 de estos tanques. Están complementados por unos pocos centenares del modelo
P'okp'ung-ho, que a partir de las versiones más avanzadas del anterior incorpora características del T-72 extraídas por ingeniería inversa de carros achatarrados; dispone de un cañón de 125 mm de ánima lisa con autocargador y un sistema de control de tiro moderno con cierta capacidad nocturna además de blindaje reactivo más avanzado.
De este modelo se han fabricado muchos menos ejemplares, debido a las sanciones internacionales, pero ambos son en un 90% de construcción local. Se considera que su ligero peso y gran velocidad son adecuados para las agresivas tácticas del ejército norcoreano y para la agreste geografía de la península, montañosa y con numerosos ríos. A pesar de sus deficiencias en blindaje y controles de puntería avanzados a distancias cortas y medias, se trata de vehículos peligrosos.
Los transportes de tropas
son de numerosos tipos, todos ellos de estirpe soviética y diseño del siglo pasado, como los BMP-1 y varias versiones de ruedas. Están muy lejos del estándar de los actuales vehículos de combate de infantería y actúan como ‘taxis de combate’ que llevan a las tropas al frente, donde luchan a pie. Estas tropas están armadas con fusiles de asalto de la familia del AK-47 y numerosos cohetes anticarro de fabricación local de notable capacidad.
De la protección antiaérea cercana se encargan baterías autopropulsadas basadas en el
ZSU-23-4 Shilka y cañones de diferentes calibres (37mm a 100 mm), de los que hay más de 10.000. Pero el Shilka entró en servicio en 1964 y muchas de las baterías antiaéreas carecen de radares o cualquier sistema electrónico de puntería, lo que los hace muy imprecisos. Al mismo tiempo, son inmunes a la guerra electrónica y simplemente por su número serían peligrosos para helicópteros y aviones de ataque al suelo; además, la infantería norcoreana cuenta con más de
15.000 misiles Wha-Sung basados en el
Strela 2 soviético, un
MANPADS de primera generación pero todavía útil.
Por el aire, no podrían recibir gran ayuda: las fuerzas aéreas norcoreanas están equipadas con
varios centenares de aviones soviéticos obsoletos, como versiones de los MiG 19, 21 o 23, Su-7, aviones de ataque al suelo Su-25 y bombarderos Il-28, todos ellos de los añossesenta o setenta. Se trata de aviones lentos, con radares de poca potencia y carentes de sistemas de puntería todo tiempo, que además tienen poco alcance y transportan poca munición por su elevado consumo y reducida capacidad de combustible. Sin embargo, están armados con cañones potentes y son ágiles y por tanto peligrosos en combate cercano, que podrían forzar debido a la geografía abrupta y la estrecha proximidad con las bases enemigas.
Los cazas más modernos son unos pocos MiG-29 de las versiones más antiguas, y las dificultades económicas del país limitan las horas de vuelo de entrenamiento para los pilotos. No se considera que la aviación fuese a jugar un papel importante, como tampoco la defensa aérea, limitada a misiles basados en los SAM soviéticos SA-2, 3 y 5 diseñados en las décadas de los cincuenta y los sesenta.
Por todo ello, se considera que las fuerzas acorazadas de Corea del Norte saldrían derrotadas en poco tiempo en caso de un combate abierto con los mucho más modernos tanques, helicópteros y aviones de Corea del Sur, Estados Unidos y Japón, por más que en el proceso consiguieran hacer daño. Debido a esta realidad, Corea del Norte empezó a desarrollar a partir de la década de los ochenta del siglo pasado toda una serie de tácticas, estrategias y despliegues basados en la idea de la guerra asimétrica, con el fin de multiplicar su capacidad disuasoria. Y así desarrolló unas cuantas capacidades militares muy particulares, e inquietantes.
Soldados y armas de terror
La capital de Corea del Sur, Seúl, está a unos pocos kilómetros de la Zona Desmilitarizada (DMZ) que sirve como demarcación entre las dos mitades de Corea, técnicamente aún en guerra (se firmó un armisticio, no un tratado de paz).
La razón es controvertida, pero el efecto es devastador: Pyonyang no necesita armas nucleares para amenazar con bajas civiles masivas a su vecino. Casi 25 millones de habitantes de la zona metropolitana de Seúl están literalmente a tiro de cañón de Corea del Norte, que tiene emplazadas en la zona más de 10.000 piezas de artillería.
Casi 25 millones de habitantes de Seúl están a tiro de cañón de Corea del Norte, que tiene emplazadas en la zona más de 10.000 piezas de artillería
Las piezas de artillería Koksan son cañones de 170 mm montados sin protección sobre chasis basados en un carro chino. Tienen un alcance de más de 50 kilómetros y pueden superar los 65 kilómetros con proyectiles asistidos por cohetes, más que suficiente para batir todo Seúl y alrededores. Hay dos modelos, uno de los cuales transporta 12 cargas para su disparo inmediato, y pueden disparar salvas de cuatro proyectiles en un minuto, seguidas de fuego sostenido de un disparo cada tres minutos. Corea del Norte dispone de más de 500 Koksan, que fueron exportados a Irán durante la guerra iranoiraquí: algunos ejemplares capturados por Irak acabaron en manos estadounidenses tras la invasión de aquel país.
Los Juche 100 tienen 22 tubos lanzacohetes de 240 mm (una versión más antigua tenía 12), con un alcance máximo de 60 km y capaces de transportar cada uno cabezas de 90 kg con 45 kg de explosivos; se calcula que hay más de 200. Corea del Norte despliega estas y otras piezas de artillería como las
Chuch'e-Po autopropulsadas de calibres como 152, 130 o 122 mm en la zona desmilitarizada, dentro de búnkeres excavados en la roca donde las piezas se refugian para recargar y, en caso de ataque de contrabatería, para después reemerger y seguir disparando desde plataformas preparadas.
De hecho, Corea del Norte es el país más fortificado del mundo, con una extensa red de búnkeres para proteger sus instalaciones militares y de mando, túneles para conectarlos e incluso túneles de infiltración para llevar tropas al otro lado de la frontera. El sistema artillero está diseñado para hacer caer sin previo aviso una cortina de fuego sobre Seúl (medio millón de proyectiles por hora) y causar bajas civiles masivas sin que apenas sea posible ninguna respuesta, aunque
algunas estimaciones indican que la cifra de muertos en caso de ataque repentino sería inferior: ‘apenas’ 30.000 en las primeras horas. Se estima que las bases estadounidenses al sur de la DMZ serían arrasadas en poco tiempo.
Para complementar la artillería, Corea del Norte dispone de misiles balísticos de varios tipos, de diseño antiguo pero todavía capaces de hacer daño. Los más peligrosos son los
Hwasong-5/6/7, variantes derivadas de diferentes versiones del Scud soviético con progresivamente mayor alcance. Se trata de misiles balísticos de alcance corto o intermedio con un motor de combustible líquido, lo que exige preparación previa y dificulta el manejo pero simplifica la fabricación. La versión 6 tiene 10,94 m de largo, un alcance de 500 km y transporta una ojiva de 450 kg que puede ser de alto explosivo, de racimo o química.
Corea del Norte dispone de misiles balísticos de varios tipos. Los más peligrosos son los Hwasong-5/6/7, variantes derivadas del Scud
Fuentes occidentales estiman que hay más de 600 de estos misiles, que para los estándares modernos tienen una precisión muy baja (1.000 metros de
error circular probable, CEP). Han sido exportados a varios países (Irán, Libia, Egipto, Cuba, Vietnam, Siria, Yemen), algunos de los cuales crearon sus propias líneas de fabricación y adaptaciones. Con tecnología similar, se desarrollaron los misiles de alcance intermedio
Rodong 1 y Rodong B, el KN-08 (Hwasong-13) y los vehículos de lanzamiento orbital
Taepodong-2, en realidad apilamientos en los que diferentes misiles actúan como etapas distintas y que podrían acabar sirviendo como plantilla para un misil intercontinental.
También puede contar con los misiles balísticos de corto alcance
KN-02 Toksa(víbora), versiones locales del
OTR-21 Tochka (Scarab A, en nomenclatura OTAN) desplegado por la URSS en 1981. La versión norcoreana tiene un alcance de 120 a 140 km, con una cabeza de combate de 480 kg, y es el misil más preciso del que disponen, con un CEP de alrededor de 100 m. Se ha probado en varias ocasiones, alcanzando en 2014 una distancia de más de 220 km.
Misiles Scud. Corea del Norte dispone de algunas variantes obsoletas, pero aún capaces de hacer mucho daño.
Son de combustible sólido, lo cual permite lanzarlos sin tener que cargar combustible antes, y disponen de sistemas de transporte por carretera que facilitan su dispersión. Los ingenieros soviéticos fueron capaces de armarlos con cabezas nucleares, pero se cree que el nivel de miniaturización necesario no estará al alcance de los norcoreanos durante años. En todo caso, e incluso sin disponer de cabezas nucleares miniaturizadas, los misiles balísticos norcoreanos podrían servir para amenazar los puertos de Corea del Sur por los que este país necesitaría recibir ayuda estadounidense y japonesa en caso de conflicto. Se estima que el país
cuenta con más de 1.000 misiles balísticos, aunque el
número de lanzadores es mucho menor: unos 200.
La mayor flota submarina del mundo
Otro ejemplo de armas convencionales e incluso vetustas reconvertidas en eficaces herramientas de terror es la marina norcoreana, que sobre el papel cuenta con la mayor flota submarina del mundo con casi 80 submarinos y sumergibles. Una buena parte de estos submarinos son sin embargo buques soviéticos de posguerra del modelo conocido en Occidente como Foxtrot, obsoletos desde los años ochenta. Algunos de ellos han sido dotados con tubos de lanzamiento de misiles procedentes de chatarra de submarinos soviéticos Oscar II en un empeño,
de momento poco exitoso, de crear un submarino de misiles balísticos.
La parte más peligrosa de la flota submarina son los minisubmarinos convencionales de clases como la Sang-O y la Yono
La parte más peligrosa de la flota submarina son sin embargo los minisubmarinos convencionales de clases como la Sang-O y la Yono. Los
Sang-O, de los que existen más de 40, desplazan 270 toneladas, tienen 34 metros de largo, una tripulación de 15 marinos y dos tubos lanzatorpedos pesados; su autonomía supera las 1-500 millas náuticas, descienden a 150 m de profundidad y pueden colocar minas. Existe una variante especializada para misiones de infiltración de fuerzas especiales, que luego veremos. Los
Yono (o Yugo) son más pequeños, desplazando unas 80 toneladas emergidos, con 20 metros de largo y ocho tripulantes (siete en misiones de infiltración). Su alcance es mucho menor, 550 millas en superficie, pero también cuentan con dos tubos lanzatorpedos y capacidad de minado.
Aparte de infiltración de equipos de fuerzas especiales, la misión de los submarinos enanos norcoreanos en caso de guerra sería intentar dificultar al máximo la llegada de refuerzos a Corea del Sur, minando sus puertos y acosando al tráfico marítimo de entrada. De la efectividad de este tipo de tácticas de ataque sorpresa puede dar fe el
hundimiento de la corbeta surcoreana 'Cheonan' en 2010, se piensa que a manos de un minisubmarino de la clase Yono. La 'Cheonan' era un barco pequeño pero relativamente moderno, bien armado y con énfasis en la lucha antisubmarina que se hundió en minutos tras ser alcanzado por un torpedo norcoreano (según la investigación de Corea del Sur). En la tarea de cerrar el paso a refuerzos, serían reforzados por numerosas lanchas lanzamisiles, baterías costeras y aviones de ataque Il-18 armados con misiles antibuque derivados de los primitivos pero mortíferos P-15 Termit (Styx en nomenclatura OTAN; o Silkworm, en su variante china).
120.000 soldados de fuerzas especiales
Una de las armas más potentes en manos de Corea del Norte en caso de conflicto
son sus fuerzas especiales, las más numerosas del mundo y entre las más agresivas y preparadas. Se calcula que el país dispone de más de 120.000 soldados de operaciones especiales encuadrados en 25 brigadas de infantería ligera, aerotransportadas y de infantería de marina que cuentan con amplias flotas de vehículos especializados en infiltración.
Desfile del ejército norcoreano en
la capital del país, Pionyang.
La infantería de marina cuenta con submarinos enanos como los Sang-O, pero también con barcos semisumergibles, 130 lanchas rápidas de desembarco y 140 'hovercrafts' capaces de transportar todo un pelotón a 90 km/h; la geografía de la península coreana favorece este método de ataque. Las fuerzas aerotransportadas usan más de 100 helicópteros de estirpe soviética y 200 aviones biplanos Antonov An-2 ‘Colt’ que pueden aterrizar en pistas muy cortas. Las fuerzas de tierra disponen de motocicletas especiales de montaña para acelerar sus incursiones. Las misiones de estas brigadas son sabotaje, asesinato y disrupción de actividades militares tras las líneas enemigas, en la península de Corea, Japón, Okinawa y Guam; tareas en las cuales han demostrado sobradamente estar más que capacitados.
Un ejemplo: en
septiembre de 1996, un submarino de infiltración clase Sang-O encalló en la costa al intentar recuperar a un grupo de agentes especiales infiltrados para llevar a cabo espionaje en una base naval surcoreana; 11 de los 24 miembros de la tripulación fueron ejecutados; el resto, junto con el equipo de operaciones especiales, se dividió en varios grupos e intentó llegar a la frontera. Las fuerzas surcoreanas llevaron a cabo una batida que duró 49 días con hasta 49.000 soldados en la cual 13 militares murieron luchando, un tripulante fue capturado vivo y se cree que uno de los comandos consiguió regresar a Corea del Norte; ocho soldados y cuatro civiles surcoreanos resultaron muertos. Pero no es el único: en 1968, 31 comandos norcoreanos estuvieron a punto de asesinar al entonces presidente de Corea del Sur en su residencia oficial (La Casa Azul), y más de 120 soldados se infiltraron en el país matando a más de 20 soldados, policías y civiles surcoreanos. Ha habido numerosos incidentes menores a lo largo de los años que confirman la capacidad y la motivación de las fuerzas especiales norcoreanas.
Y guerra electrónica
También han desarrollado capacidades de guerra electrónica, especialmente en interferencia de comunicaciones radiales y de GPS
De modo que se puede concluir que Corea del Norte tiene unas fuerzas armadas cuya tecnología bélica es muy obsoleta, pero muy peligrosa: el empleo inteligente de armamento vetusto, pero no por ello menos letal, y el desarrollo de doctrinas y sistemas para maximizar su efecto hacen que se trate de un ejército capaz de hacer mucho daño, por más que su retraso tecnológico y las dificultades económicas lo hagan incapaz de resistir una guerra convencional por mucho tiempo.
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