Aunque el hablar de una posible guerra entre Rusia y Turquía, que derribó el pasado 24 de noviembre un avión de bombardero táctico Su-24 sobre Siria, sigue pareciendo un hecho lejano, la actitud expansionista y agresiva del extremista presidente turco Recep Tayyip Erdogan y su apoyo al terrorismo hacen que este hecho ya no sea considerado como una imposibilidad total.
Un posible incidente vinculado a un nuevo derribo de un avión ruso o de un avión turco por el nuevo sistema antiaéreo ruso S-400, desplegado en Siria, o cualquier otro hecho similar podría generar una escalada que lleve a una “guerra caliente”.
En tal caso ¿cómo sería tal guerra? Algunos expertos militares rusos manifestaron al sitio Politonline.ru sus opiniones sobre este posible conflicto, que fueron reproducidas más tarde por el sitio RT. Así por ejemplo, Mijail Alexandrov, un experto del Centro de Estudios Políticos y Militares, cree que, en caso de estallar tal guerra, que él sólo considera posible en base a las actuales políticas de agresivas del régimen de Erdogan y su apoyo al terrorismo, Rusia se vería obligada a utilizar armas nucleares inmediatamente porque “existiría un peligro existencial real para la nación”.
“Turquía, y sus aliados occidentales intentarían arrastrarnos a una guerra de desgaste, con una lenta escalada. Ella tendría como escenario no sólo Siria sino también el Cáucaso ruso, que sería el probable blanco de una agresión turca. En mi opinión, si Turquía nos impone una guerra, nuestra respuesta debe ser muy fuerte y rápida. Debemos dirigir ataques nucleares de forma inmediata contra las infraestructuras militares básicas, como sitios militares, centros de mando y comunicaciones, depósitos de municiones, aeropuertos y puertos. También puede ser necesario utilizar algunos misiles balísticos para destruir la defensa antiaérea turca”, señaló.
Tras la destrucción de las infraestructuras, los militares rusos podrían dirigirse inmediatamente a ocupar los Estrechos. Alexandrov cree que los países occidentales no tendrían tiempo de ayudar eficazmente a Turquía y los estados europeos no tendrían tampoco la voluntad de hacerlo por temor a ser objeto de represalias nucleares. En lo que se refiere a los norteamericanos, ellos podrían iniciar una guerra nuclear contra Rusia para ayudar a Turquía o no hacerlo. Ellos probablemente escogerían sobrevivir en lugar de lanzarse a un suicidio seguro. Los kurdos, por su parte, ocuparían sus regiones en Turquía y crearían su estado.
No se trata en absoluto de un plan de agresión, precisó Alexandrov, sino una respuesta a lo que Moscú haría si Turquía lleva a cabo una agresión contra Rusia o su aliada Siria.
Otro experto, Serguei Biermakov, dijo a Politonline.ru que un escenario no nuclear podría ser también posible y señaló que las armas nucleares deberían ser sólo el último recurso. Él cree que “un conflicto puede ser evitado. Existen también instrumentos no militares para defender el país y además hay muchos estados en la región que están en contra de las políticas turcas”. De este modo, él considera que “la posibilidad de que Turquía inicie una guerra de agresión contra Rusia no es sólo de cero sino de muchos números negativos”.
“Turquía tiene un fuerte ejército, pero él no es rival para el de Rusia. Tenemos una flota capaz de llevar a cabo duros golpes a larga distancia, y no sólo desde el Mar Negro. En el tema de la guerra moderna podemos combinar varios tipos de sistemas de armas y usar avanzados sistemas de mando y control. Rusia es muy superior a Turquía en eso. Ella posee su propio sistema de navegación vía satélite (GLONASS)”.
El experto señala que Rusia posee aviones avanzados y no sólo en su territorio, sino también en el de Siria, país vecino de Turquía y desde el cual la distancia hasta los sitios militares turcos es muy corta. De este modo, Turquía tendría que hacer frente a una amenaza militar directa desde varios frentes al mismo tiempo.
Él cree también que aunque Turquía es miembro de la OTAN, los países europeos serían reticentes a ayudar al gobierno turco, al que muchos de ellos critican duramente en voz baja por sus políticas extremistas y favorables al terrorismo, sin contar con que su entrada en el conflicto entrañaría su propia destrucción. Además, todas las decisiones tienen que ser tomadas por consenso y es muy difícil de imaginar que todos los estados acuerden entrar en guerra contra Moscú.
El hecho de que fuera Turquía la agresora pesaría también en el ánimo de los europeos que no quieren verse arrastrados a una guerra nuclear por decisiones irresponsables del actual ejecutivo turco.
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