El 14 de Agosto de 2006, y tras 33 días de feroz ofensiva israelí en el Líbano con el objetivo de eliminar a la Resistencia y sus partidarios, el cese el fuego entró en vigor.
La amplitud de la destrucción infligida a la infraestructura del Líbano, en los edificios residenciales y en los sectores vitales, y el elevado número de víctimas entre los civiles son conocidos de todos.
Pero, como en toda guerra, algunos hechos cruciales en su desarrollo continúan ocultos y se han visto relegados por las imágenes de las víctimas y las atrocidades. Sin embargo, un hecho que resultó decisivo durante la guerra fue la derrota de la incursión terrestre sionista en el Sur del Líbano.
En los últimos días de la guerra, el mando militar israelí quería aplicar su doctrina militar basada en la rápida incursión de blindados en los territorios montañosos y boscosos del Sur del Líbano frente a la guerra de guerrillas llevada a cabo por los combatientes de Hezbolá.
En busca al fin de un éxito después de haber sufrido una serie de fracasos desde el inicio de la ofensiva contra el Líbano, Israel envió el 9 de agosto el batallón 162 para avanzar hacia Wadi Huyair (el Valle de Huyair), al sur del Río Litani, con el fin de recoger informaciones sobre la naturaleza del terreno y determinar los ejes en los que tendría lugar la progresión de su fuerza blindada.
Los israelíes ignoraban lo que les esperaba: con el avance del batallón citado, los combatientes de Hezbolá conocieron cuáles iban a ser los movimientos sionistas y reforzaron su presencia en el lugar a la espera de la llegada de los soldados enemigos.
Ellos desplegaron plataformas de misiles antitanque. Tras los bombardeos de la artillería israelí, la fuerza blindada entró en el valle próximo a Hunin y progresó en los pueblos de Odeissah, Reb Tlatin y Taybeh para asegurar el eje que lleva a Wadi Huyair.
Una vez llegada al paso de Taybeh y antes de entrar en el Valle de Huyair, la resistencia atacó con misiles antitanque a los tanques Merkava y los bulldozers Caterpillar 09. Los israelíes admitieron en sus comunicados militares que 12 soldados resultaron muertos o heridos y que seis tanques Merkava habían sido destruídos.
Esto sucedió únicamente al principio de la batalla, que fue conocida posteriormente como la "hecatombe de los Merkava".
Justo después del ataque, los tanques israelíes intentaron tomar el camino del este, a través del pueblo de Qantara. Los combatientes de Hezbolá destruyeron entonces otros 4 tanques frenando el avance de la fuerza blindada.
Frente a tales acontecimientos, el ejército israelí envió a sus fuerzas de infantería al eje del oeste que lleva también al Valle de Huyair, junto al pueblo de Ganduriyeh. Los soldados de infantería fueron encargados de determinar las posiciones en que tendrían lugar las emboscadas a lo largo de la ruta. Sin embargo los combatientes de Hezbolá se enfrentaron directamente con estos últimos. Trece soldados israelíes resultaron muertos o heridos. Esto empujó a la fuerza blindada a avanzar para cubrir la evacuación de los cuerpos de los soldados y de los heridos.
Un convoy de carros penetró en el valle desde el pueblo de Ganduriyeh. De nuevo, los combatientes de Hezbola estaban listos para dar una respuesta y lanzaron misiles antitanque destruyendo a otros nueve tanques de tipo Merkava.
A continuación, y tras la entrada del resto de la fuerza en el interior del valle, los misiles de Hezbolá fueron lanzados desde todos los lados sobre los tanques israelíes. En pocos minutos, otros 39 tanques fueron destruídos.
Los combatientes de Hezbolá impidieron a las fuerzas israelíes proteger sus vehículos, que habían quedado expuestos al fuego directo de la resistencia. Además, 12 bulldozers fueron igualmente calcinados.
De los 90 tanques enviados en dirección al Río Litani, sólo 4 llegaron a la localidad de Ganduriyeh.
Los soldados sionistas que huyeron del lugar afirmaron haber visto el infierno con sus propios ojos.
Infierno israelí, la gran victoria de la resistencia
Fue sobre el marco de este infierno israelí que Hezbolá conmemora este año la victoria de la Guerra de Julio de 2006.
Este año las festividades tendrán lugar en el Valle de Huyair.
El mensaje a los israelíes está claro: la historia se escribe sobre las rocas sobre las cuales vuestra ola se estrelló
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