Corea del Norte pidió este sábado una investigación conjunta con Estados Unidos sobre el ciberataque a
Sony Pictures Entertainment, y afirmó que no tiene nada que ver con él, en contra de lo que asegura el FBI.
"Frente a las afirmaciones sin fundamento y difamatorias que Estados Unidos está propagando, proponemos una investigación conjunta sobre este incidente", indicó el ministerio norcoreano de Relaciones Exteriores. "Sin necesidad de recurrir a las torturas empleadas por la
CIA, podemos demostrar que este incidente no tiene nada que ver con nosotros", dijo la cancillería, citada por la agencia oficial
KCNA.
El
Buró Federal de Investigaciones (FBI) de EE.UU. afirmó el pasado viernes que tiene "suficiente información" para concluir que
Corea del Norte es responsable del ciberataque a Sony. "Como resultado de nuestra investigación y en estrecha colaboración con otros departamentos y agencias del Gobierno de Estados Unidos, el FBI tiene ahora suficiente información para concluir que el Gobierno de Corea del Norte es responsable de estas acciones", afirmó el Buró en un comunicado divulgado en Washington.
El FBI basó sus conclusiones en un análisis de datos del ataque que revela vínculos a virus diseñados para dañar un sistema que han sidos "desarrollados previamente por actores de Corea del Norte".
El FBI detectó una "importante coincidencia" de infraestructura
La agencia también ha podido detectar una "importante coincidencia" de infraestructura usada en el ciberataque contra
Sony que el Gobierno de EE.UU. relacionó con Corea del Norte en ocasiones anteriores.
Asimismo, precisa el comunicado, las herramientas utilizadas por los piratas informáticos contra Sony "tienen similitudes" con un ciberataque en marzo del año pasado contra bancos y medios de comunicación surcoreanos, que fue perpetrado por Corea del Norte. "Estamos muy preocupados por la naturaleza destructiva de este ataque a una entidad del sector privado y los ciudadanos que trabajan allí", subrayó el FBI.
Un grave asunto de seguridad nacional
El comunicado se emitió un día después de que la
Casa Blanca indicara que el ciberataque a Sony Pictures Entertainment es "un grave asunto de seguridad nacional".
Asimismo, el presidente Obama aseguró ayer durante el tradicional encuentro con la prensa antes de las vacaciones de Navidad que su país "responderá de forma proporcionada" a Corea del Norte.
En su rueda última rueda de prensa del año en la Casa Blanca, antes de viajar a
Hawai para pasar las vacaciones navideñas con su familia, Obama manifestó hoy que, en su opinión, Sony cometió un "error" al cancelar el estreno de la película 'The Interviw', que fue calificado por el Gobierno de
Pyongyang como un "acto de guerra". "No podemos tener una sociedad en la que un dictador en algún lugar pueda empezar a imponer la
censura aquí en Estados Unidos".
El presidente Obama explicó que si alguien es capaz de llegar a este "nivel de intimidación con una película satírica", es fácil de imaginar lo que podría ocurrir con un "documental o un reportaje" que no gustara en Pyongyang. "O peor, que productores y distribuidores empezaran a auto-censurarse porque no quisieran ofeder la sensibilidad" de ese tipo de regímenes. "Eso no es
América, no es quienes somos", insistió.
¿Qué es el #SonyLeaks?
En el ataque cibernético, cometido el
pasado 24 de noviembre los "hackers" robaron datos personales de todos los empleados del estudio Sony, así como contenido de correos electrónicos y hasta cinco películas.
Un grupo denominado Guardians of Peace ("Guardianes de la Paz"), que se responsabilizó del ciberataque, emitió un comunicado en el que advertía que sembrará el terror en los cines que proyecten el filme y comparó su plan con los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU.
Esa amenaza logró su objetivo y Sony anunció este miércoles la cancelación del estreno de
The Interview, previsto para el 25 de diciembre en EEUU, justo después de que las principales salas de
cine del país eliminaran el largometraje de su cartelera navideña.
La película es una comedia de
Seth Rogen y
James Franco sobre un complot estadounidense para acabar con la vida del dictador norcoreano,
Kim Jong-un.