El nuevo ministro ucraniano de Defensa, Stepan Poltorak, se comprometió este martes a construir un ejército fuerte para restablecer la paz en el este de Ucrania, donde los combates han dejado 14 muertos.
Las declaraciones de Poltorak fueron poco antes de un encuentro en París entre jefes de la diplomacia rusa y estadounidense.
Serguei Lavrov y John Kerry, artífices de un diálogo cada vez más complicado entre Moscú y Washington debido a las crisis de Siria y Ucrania, se reunieron al mediodía, poco antes de otro encuentro en Milán entre los presidentes ruso y ucraniano, junto a otros dirigentes europeos.
Siete civiles murieron y otros 17 fueron heridos este martes durante un bombardeo en la periferia de Mariupol, ciudad portuaria estratégica en el mar de Azov, actualmente en manos de los ucranianos, según ha indicado el ayuntamiento de esta localidad a AFP.
El ejército de Kiev ha contabilizado siete muertos entre sus filas en las últimas 24 horas, lo que representa un duro balance, de los peores desde el alto el fuego del 5 de septiembre.
La tregua solo ha permitido un apaciguamiento relativo de los combates entre las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos.
En los últimos seis meses, el conflicto ha dejado más de 3.600 muertos, según Naciones Unidas.
"Ucrania necesita la paz y solo un ejército moderno y móvil, bien formado y correctamente equipado, puede garantizarla", subrayó el recién nombrado ministro, frente a los diputados que han ratificado el nombramiento decidido por el presidente Poroshenko.
Cuarto ministro en ocupar la cartera de Defensa desde la llegada de los proeuropeos al poder en febrero, Poltorak es un general conocido por haber creado la Guardia Nacional, formación que apoyó a los manifestantes de Maidan y que se ha curtido en las duras batallas contra las ciudades separatistas del este del país.
Poroshenko ha anunciado a los diputados que el nuevo ministro se ocupará de poner en marcha un sistema "potente" de Defensa y de reconstruir el maltrecho sistema de aprovisionamiento del ejército ucraniano.
Y en un gesto que muestra sus desavenencias con Moscú, el jefe del Estado ha cambiado el día de la fiesta del Ejército, celebrado hasta ahora en el mismo día que Rusia, para cambiarlo a la fecha de la creación del Ejército nacionalista ucraniano, tachado de nazi por Moscú.
Anunciada a poco menos de dos semanas de las elecciones legislativas anticipadas que tendrán lugar el 26 de octubre, el nombramiento de Poltorak para sustituir a Valeri Gueletei, otra figura cercana a Poroshenko, responde a los reveses sufridos por el ejército de Kiev en el este.
El ya exministro fue muy criticado por la gestión de la batalla de Ilovaisk, localidad estratégica de Donetsk, donde las fuerzas ucranianas cayeron en una trampa en agosto sufriendo más de un centenar de bajas.
Los acuerdos de Minsk, despertaron esperanzas sobre un verdadero proceso de paz en el país, pero la permanente violación de los términos del pacto, que incluían la instauración de un alto el fuego, no ha dejado de provocar víctimas civiles.
El primer ministro de la autoproclamada República de Donetsk, Alexandre Zakhartchenko, acusaba este martes a Kiev de no querer la paz y de continuar con los ataques, mientras el ejército ucraniano aseguraba que Rusia había desplegado una unidad especial de inteligencia militar en una ciudad cercana a Mariupol.
Mientras, la presión occidental sobre Rusia no deja de crecer. Las sanciones económicas sin precedente impuestas contra Moscú han dejado la economía del país al borde de la recesión.
Cada vez más aislada de la comunidad internacional, Rusia se ha vuelto hacia China, que aunque no se ha pronunciado a favor ni en contra de Vladimir Putin en la crisis ucraniana, se muestra abierto a la colaboración.
Este martes, Putin ha recibido al primer ministro chino, Li Keqiang, y ha elogiado calurosamente la buena relación económica que mantienen ambos vecinos.
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