Por Odalys Buscarón Ochoa
Moscú, 31 may (PL) La crisis ucraniana escaló esta semana a una fase de violenta confrontación de las autoridades y las regiones rebeldes del oriente del país, mientras Kiev omite el carácter represivo de la operación militar y las víctimas civiles.
Fuerzas ucranianas reanudan ataques y bombardeosEl teatro de los combates se extendió al corazón del Donbass, la ciudad de Donetsk, centro administrativo, y hacia la vecina Lugansk, ambos territorios declararon la soberanía territorial de las repúblicas populares homónimas.
La junta golpista de Kiev y el recién declarado presidente elegido Pioter Poroshenko atribuyeron las acciones represivas de fuerza a "una operación contra los separatistas y terroristas".
En cambio para la mayoría de los habitantes del sureste ucraniano se trata de una guerra por sus derechos, que han sido ignorados por el poder y la elite política usurpadora y la autodeterminación.
Estados Unidos, por otra parte, refuerza desde todos los terrenos, incluido el militar, su respaldo a Kiev y hace caso omiso a los reclamados de Rusia de un cese inmediato de los bombardeos contra civiles.
Para la jefa del Centro de periodismo internacional e investigaciones políticas de la agencia Rossia Segodnya (Rusia Hoy), Veronika Krashenininkova, las mentiras y la hipocresía de Estados Unidos en torno a la situación en Ucrania alcanzaron dimensiones increíbles.
En declaraciones a Prensa Latina, Krashenininkova comentó que lo alegado por el Departamento de Estado contradice categóricamente la realidad de los acontecimientos que se desataron en ese vecino país.
Afirmó que la política tradicional estadounidense es de apoyar siempre "aquellos terroristas que se subordinan a Washington, mientras lucha contra las personas que defienden intereses contrarios a Estados Unidos".
Los comicios del 25 de mayo, subrayó la politóloga en temas globales, se convirtieron en la legitimización de la operación criminal y de castigo contra la rebeldía de las regiones del sureste ucraniano.
Opinó que esos territorios luchan contra aquellas personas que tomaron el poder por la fuerza resultado del golpe de Estado, ocurrido en febrero pasado, con la anuencia norteamericana y aliados de la OTAN.
Agregó que sin exageración alguna, más de un 90 por ciento de la población rusa apoya la lucha de los ucranianos contra el fascismo, de "aquellos ucranianos que no consideran como su héroe el agente de los colaboracionistas del Tercer Reich, Stepán Bandera". El titular del comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación (Senado), Victor Ozerov, comentó a esta agencia sobre las dificultades que afronta su país en la cuestión ucraniana, en el ámbito del Consejo de Seguridad, donde el consenso pasa por las presiones de Estados Unidos.
Rusia ha tenido una posición muy activa en distintos foros internacionales de denuncia de las acciones represivas del gobierno ucraniano, en el arreglo del conflicto interno en ese país, exteriorizó el senador.
Fuimos iniciadores de varias sesiones en el Consejo de Seguridad de la ONU, puntualizó Ozerov, donde exhortamos a los Estados apoyar nuestra resolución en la cual se condena la represión que lleva a cabo Kiev, contra su propio pueblo.
Dijo que Moscú ha insistido en la necesidad de convocar de manera inminente las negociones entre las partes, y participamos en el diseño de un plan de acciones, durante el encuentro en Ginebra.
Consideró que existe coincidencia en la opinión pública rusa en que por esos medios establecer el dominio y la supremacía del poder a su pueblo es inadmisible.
Recordó el legislador ruso que el Consejo de la Federación dio su consentimiento al Presidente a emplear las Fuerzas Armadas en el territorio ucraniano, pero entendemos que sería una opción en caso extremo, acotó.
De ahí la posición de Rusia es inequívoca: el cese de las acciones militares, convocar a una mesa de negociaciones, a fin de hallar un punto de inflexión, enfatizó el legislador.
Mientras tanto, las autoridades de Kiev rechazaron esta semana una propuesta de la Cancillería rusa de organizar la ayuda humanitaria a las víctimas del conflicto en las regiones del sureste ucraniano, solicitada por organizaciones sociales y ciudadanos de forma individual.
Por lo pronto, el presidente electo ucraniano apura los acuerdos de ayuda con Estados Unidos y la Unión Europea.
El presidente Barack Obama confirmó su encuentro privado con Poroshenko el 4 de junio, en Varsovia, tres días antes de su investidura para la primera magistratura.
Según adelantó el consejero de Obama, Ben Rhodes, el jefe de la Oficina Oval ratificará el apego de Washington al apoyo al pueblo ucraniano, en lo político y económico.
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